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VIVIR CON CEGUERA

Dos historias de éxito después de perder la vista

Anabel descubrió la música y David el atletismo. Los dos nacieron viendo y perdieron uno de los sentidos más preciados. Ambos son una lección de cómo se puede utilizar un problema para exprimir lo mejor de cada uno

Dos historias de éxito después de perder la vista ABC

MARTA DE ANDRÉS

Su nombre es Anabel Mercado, tiene 25 años y vive en Sevilla. A los 3 años le detectaron retinosis pigmentaria , a los 6 se afilió a la ONCE y a los 17 ya no podía ver más que luces y contrastes, «bultos», como dice ella. Pero hay otra manera de contar su historia, la que empieza cuando, en esa oscuridad, descubrió que la música sacaba lo mejor de ella y le devolvía la ilusión. Y ahí empieza la historia de Coraluna , su nombre artístico, la primera cantante española ciega que ha conseguido representar a España en un festival internacional: el «Festival Paramusical», celebrado hace unos días en Moscú.

«Era la primera vez que viajaba tan lejos y también la primera vez que me enfrentaba a un público de esas características y que tenía que comparecer ante la prensa», señala la artista. «Es que ha sido muy fuerte, lo he sentido como un concierto en mi pueblo, con los niños queriéndose hacer fotos conmigo, felicitándome, ha sido tanta la emoción, porque ellos no entienden mi idioma, y era como si me conocieran de toda la vida o como si fuera una cantante famosa rusa», explica con una sonrisa.

La música era mi pasión

El camino hasta ahí no ha sido fácil, pero no podría haberlo hecho de otra manera. «Siempre he sabido que la música era mi pasión, no puedo vivir sin cantar. Aunque no me veía, si notaba que estaba ahí, veía mi silueta y como me hacía grande cuando empezaba a cantar; la música era mi refugio para encontrarme conmigo misma», añade.

Anabel dio su primer salto a la fama en 2011, cuando fue finalista de la octava edición del programa Operación Triunfo. A partir de ahí, su entono empezó a tomarla en serio. «Siempre me habían apoyado pero mi participación en el programa fue un punto de inflexión para que se dieran cuenta de que la música era mi destino, y mi alegría». Fue muy querida por el público y, cuando terminó, empezó su formación musical con los mejores. Sacó su primer disco, «Más que personal», ese mismo año y trabajó muy duro en pulirse como artista. Desde entonces, no ha dejado de ensayar ni un solo día. Horas y horas dedicadas a dar lo mejor de sí misma para superarse y brillar. Hoy por hoy, recién llegada de Moscú, donde recibió una gran ovación del público por cantar en ruso uno de sus temas, la cantante está preparando su primer disco. «Es un sueño hecho realidad, de hecho es mejor de cómo yo lo había imaginado 1.000 veces».

David Casinos, el atleta

David no necesita muchas presentaciones, simplemente es considerado el mejor lanzador ciego de peso de la historia. La frase que encabeza su web personal es la que mejor define su filosofía de la vida: «Todos los días sale el sol y, si no sale, ya me encargo yo de sacarlo». Y él sabe mucho de luz y oscuridad. No nació ciego, pudo ver hasta los 26 años, cuando una retinopatía diabética le rompió en dos.

«Desde muy niño, siempre cuidé muchísimo mi diabetes, pero como buen diabético conocía los riesgos de su enfermedad. En una visita rutinaria al oftalmólogo saltó la primera alarma: la retinopatía galopaba rápidamente. En apenas un mes perdí todo rastro de luz en mis ojos. Pasé por durísimas operaciones para salvar esa preciada luz pero mi vida tomó otro rumbo y otra dirección. Por aquel entonces trabajaba en una multinacional muy importante en la que lógicamente no pude continuar. Solo me quedaba la decisión de cómo vivir todo lo que me acontecía, hundirme o luchar. Y así fue como tomé la mejor opción, la que marcaría mi vida», explica.

Solo dos años más tarde, en los Juegos de Sidney de 2000, consiguió alzarse con el récord del mundo y récord paralímpico en lanzamiento de peso, su especialidad junto a disco y martillo. Desde entonces, ha conseguido todos los títulos que uno pueda imaginar: campeón de Europa y del Mundo en varias ocasiones, abanderado del equipo paralímpico español en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y Premio Nacional del Deporte en 2013 .

Celia, «el motor de mi vida»

Cuando perdió la visión parece como si la vida hubiese querido compensar a este valenciano poniéndole delante lo que hoy son sus mejores apoyos. «En 1998, cuando estaba viviendo momentos muy duros, recibí la llamada de José Manuel Puchal (Xavó), que me invitó a unirme a su grupo de entrenamiento. Para mí esos comienzos fueron de gran ayuda y autoestima. Éxito tras éxito, Récords Mundiales y Europeos fueron gracias a él, entrenador y amigo que forma parte de mi historia personal y deportiva sin ninguna duda», explica. Pero había más sorpresas esperándole.

«En esa época conocí también a la persona más importante de mi vida, a Celia. Es el motor de mi vida, la persona que orienta y le da sentido a ella, alguien que no vio en mí al chico invidente, vio en mí la persona que llevaba dentro. La oscuridad me unió a ella. Si no fuera invidente jamás la hubiese conocido».

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