Calabacines gratinados con bechamel de queso azul

El calabacín es ideal para evitar las digestiones pesadas y tiene un ligero efecto laxante

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Pelamos el calabacín, lo cortamos en rodajas, lo salpimentamos y lo cocemos en agua con sal durante 15 minutos.

Para la bechamel de queso azul: En un cazo, fundimos la mantequilla y doramos en ella la harina. A continuación, incorporamos la leche y cocemos a fuego muy suave sin cesar de remover para que la bechamel no se adhiera al fondo del cazo.

Así lo cocinamos

Cuando tengamos nuestra bechamel lista, añadimos el queso azul y el perejil. Removemos hasta conseguir una crema homogénea, sin grumos.Disponemos ahora las rodajas de calabacín en una fuente de horno y salseamos con la bechamel de queso azul para, acto seguido, gratinar en el horno a 180ºC hasta que la salsa bechamel quede bien dorada.El calabacín es una verdura de la familia de la calabaza.

Está compuesto sobre todo por agua e hidratos de carbono. Tiene una baja proporción de grasas y proteínas. Contiene potasio y vitamina C, si bien esta se pierde con la cocción. Suaviza el aparato digestivo, debido a su contenido en fibra soluble. Es ideal para evitar las digestiones pesadas y tiene un ligero efecto laxante, por lo que resulta ideal contra el estreñimiento. Se trata de una receta ideal para hacer que los niños coman verdura, ya que el peculiar sabor del calabacín está enmascarado por el queso azul, de sabor más bien fuerte, aunque queda suavizado por la bechamel. El queso azul, en contraposición con el calabacín, aporta bastante grasa y dificulta la digestión.

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