Cazuela de espinacas y mejillones

Un toque de tomillo hará de esta receta un plato muy particular.

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En esta receta conjugamos todos los nutrientes que nos aportan las espinacas con el sabor de unos ricos mejillones. Esperamos que os guste.

Así lo cocinamos

Limpiamos bien los mejillones. Los ponemos en una cazuela, con el vaso de vino blanco, los clavos pinchados en una de las cebolletas y el diente de ajo pelado y aplastado. Tapamos y dejamos a fuego medio hasta que se abran. Los escurrimos y colamos el caldo. Reservamos.Por otra parte, lavamos las espinacas, les quitamos los tallos más duros y las picamos. Las salteamos en una sartén, con unas gotas de aceite hasta que reduzcan.En otra sartén derretimos la mantequilla y pochamos la segunda cebolleta picada. Añadimos la harina, rehogamos y mojamos con un poco del caldo de cocción de los mejillones.

Añadimos las espinacas y el tomate cortado en cuadritos. Salpimentamos al gusto y rehogamos durante varios minutos.Por último, cascamos los huevos en la sartén y removemos para que se vayan cuajando. Añadimos los mejillones para darles un último golpe de calor y espolvoreamos con perejil picado.

Trucos y Consejos

Un toque de tomillo hará de esta receta un plato muy particular.

Información Nutricional

Las espinacas se caracterizan por su alto contenido en vitaminas y minerales, destacando entre estos últimos el magnesio y el calcio. Además, las espinacas son también muy ricas en sustancias de acción antioxidante, muy beneficiosas para la salud.Los mejillones son ricos en proteínas de alto valor biológico, así como en hierro, por lo que su consumo está especialmente indicado en caso de padecer anemia. Además, contienen muy pocas calorías y también aportan minerales como el yodo, calcio, fósforo y potasio.

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