Sopa de ajo con jamón y pimentón

Aunque esta sopa entona el cuerpo los días de más frío ¿por qué privarnos de ella el resto del año?

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Aunque esta sopa entona el cuerpo los días de más frío ¿por qué privarnos de ella el resto del año?

Comenzamos las sopas de ajo colocando en una cazuela los ajos y los ponemos a freír cortados en láminas finas.

Antes de que comiencen a dorar agregamos el pan cortado en finas rebanadas y el jamón serrano muy picado.

Rehogamos durante un par de minutos, añadimos el pimentón y menos de un minuto después agregamos el agua y la sal. Esperamos a que empiece a hervir.

Cocemos todo a fuego lento durante diez minutos. Incorporamos los huevos sin batir, dejamos cocer un par de minutos más y servimos las sopas de ajo.

Puedes cuajar en esta sopa unos huevos y tendrás un menú más completo.

Cuando se toma crudo las propiedades del ajo son casi innumerables:

1. Mejora el sistema inmunológico del organismo, incrementando las defensas del organismo, y mejorando así nuestra respuesta a virus y bacterias.

2. Aumenta la energía y la vitalidad mejorando enormemente la calidad de vida.

3. Es anticoagulante, vasodilatador y depurador. Mejora la circulación sanguínea dilatando los vasos, aumentando el flujo sanguíneo y protegiendo al mismo tiempo el corazón y las arterias, dándoles mayor flexibilidad. Todo esto ayuda a combatir la hipertensión.

4. Es un estupendo antiséptico. Su acción antiséptica y expectorante ayudan a evitar la bronquitis y a la cura del asma y las alergias, por lo que protege el sistema respiratorio.

5. Tiene propiedades antibacteriales, antivirales y antimicóticos. Actúa como Antibiótico y antimicrobiano sobre hongos y bacterias. Su poder bactericida en el conducto intestinal es selectivo por lo que a diferencia de los antibióticos sintéticos, regula la flora intestinal y no la destruye, ya que sólo actúa sobre las bacterias patógenas.

6. Es antiinflamatorio.

7. Ayuda en la hipertensión protegiendo al mismo tiempo el corazón y las arterias, dándoles mayor flexibilidad y manteniéndolas libres de depósitos de colesterol. Reduce el nivel de colesterol malo y aumenta el nivel de colesterol bueno.

8. Incrementa la fluidez de la sangre, impidiendo la formación de coágulos, por lo que se recomienda para personas que han sufrido embolias o trombosis.

9. Ayuda a incrementar el nivel de serotonina en el cerebro, combatiendo el estrés y la depresión.

10. Posee propiedades antioxidantes.

11. Es desintoxicante. Ayuda a depurar las sustancias tóxicas del organismo.

12. Ayuda a incrementar el nivel de insulina, reduciendo así los niveles de azúcar en la sangre.

13. Protege el sistema digestivo. Por su acción antidiarreica, digestiva y como ayuda en la eliminación de toxinas en el cuerpo.

14. Reduce el riesgo de padecer cáncer de esófago y de estomago.

Asimismo debemos de tener en cuenta el ajo contiene gran cantidad de minerales, como azufre, hierro y yodo por lo que no es recomendable si se sufre de ardores estomacales, hipertiroidismo, hipotensión, o bajo tratamientos anticoagulantes.

Está contraindicado durante el embarazo y periodo de lactancia o ante tratamientos anticonceptivos (puede disminuir el efecto de las píldoras) o tratamientos diabéticos, ya que tiene propiedades hipoglucemiantes y podría potenciar este el efecto de reducción de glucosa en sangre.  El ajo aporta numerosos beneficios para la salud. Contiene vitaminas A, B y C y es aconsejable para las personas con hipertensión, colesterol elevado o con problemas cardiovasculares.

Mejora el sistema inmunológico, es anticoagulante, vasodilatador y depurador, protege el sistema respiratorio y digestivo, es antiinflamatorio y desintoxicante, entre otras propiedades más.

El pan, por su parte, aporta una buena cantidad de hidratos de carbono complejos. El jamón aportará grasa y proteínas.

¿Has probado la receta de sopa de ajo castellana? ¡Descúbrela en Gurmé!

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