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La Casa de Salinas, un palacio en Sevilla

Uno de los tesoros arquitectónicos de Sevilla son las casas Palacio, y entre las más bonitas que se pueden visitar está la Casa de Salinas

Patio principal de la Casa de Salinas. Fuente: casadesalinas.com

ABC

Uno puede venir a conocer Sevilla de muchas formas, dependiendo del ritmo que quiera llevar o del tipo de turismo que quiera hacer. Por supuesto, puede quedarse en los monumentos más importantes, como la Catedral o el Alcázar, y ya se va a llevar maravillosos recuerdos para toda la vida. Pero Sevilla esconde muchos tesoros no tan conocidos, y entre los más interesantes están las casas-palacio, recuerdos del glorioso pasado de la capital hispalense que en algunos casos han llegado hasta nuestros días prácticamente intactas.

Casa de Salinas

La Casa de Salinas es una de estas maravillosas casas-palacio, que es de propiedad privada y se mantiene intacta tal y como fue concebida y construida por su primer propietario gracias al continuo esfuerzo de sus habitantes. Pero aparte de ser una residencia privada, esta pequeña joya abre sus puertas en un maravilloso tour guiado que nos muestra todos sus tesoros.

El edificio data del siglo XVI , en pleno auge de la ciudad gracias al comercio con las américas, cuando muchas otras casas son reformadas para dejarlas acorde con la importancia que estaba tomando la ciudad. Baltasar Jaén toma el espacio de varias casas y levanta su residencia privada con todos los lujos que eran posibles en el momento, como columnas de mármol de Carrara, ricos azulejos, y yesería mudéjar de inspiración renacentista para los arcos y molduras.

La Casa de Salinas guarda una gran cantidad de pequeños tesoros. Fuente: casadesalinas.com

Una casa-palacio repleta de tesoros

Una de las zonas más bellas es sin duda el patio principal, rodeado de columnas importadas en su tiempo desde Génova en su planta baja. Sobre ellas resalta la yesería, con decoración del siglo XVI y que contiene elementos propios del Renacimiento español e italiano, y que hacen del patio un lugar majestuoso. Además también hay que destacar los zócalos de azulejos de la época y su bella fuente central.

Pero hay muchos más espacios visitables en la Casa de Salinas, cada uno de ellos con su propio encanto , como el comedor de verano con su suelo de olambrillas y sus techos de madera. Diversas estancias disponen de techos con artesonados de madera policromada, y desde luego no hay que perderse la íntima belleza del segundo patio, no por su monumentalidad, sino por los distintos pequeños tesoros que en él se reparten, como la Virgen con el Niño o el mosaico proveniente de las ruinas de Itálica.

Esta es una simple descripción que difícilmente llega a describir con fidelidad la belleza de la Casa de Salinas. Se trata de un pequeño tesoro que merece la pena visitar, en pleno centro de Sevilla, en la misma Mateos Gago, y que tiene a la iglesia de Santa Cruz como vecina principal.

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