Dulce, una agente de la Policía Nacional, paseaba por el Paseo de las Delicias cuando vió al empleado de una joyería que salía a la calle pidiendo auxilio. Llevaba la mano ensangrentada después de haber forcejeado con el atracador. En ese momento, la agente pidió refuerzos y entró en el establecimiento. Una vez dentro se indentificó como policia y le pidió al atracador, un ruso de 23 años, que dejara el cuchillo en el suelo y se tumbara. Después de varios minutos el delincuente se tranquilizó y accedió a las peticiones de la agente. Al poco tiempo llegaron los refuerzos y le detuvieron.