Más de cuatro denuncias y dos identificaciones fotográficas permitieron a Los agentes desenmascararle. También la furgoneta blanca de pintor que usaba para agredir sexualmente a las mujeres, casi todas prostitutas y tres personas de su entorno. El perfil de sus víctimas no coincide con el de la joven Sara morales, desaparecida hace dos años. Por eso los agentes que llevan el caso  prácticamente han descartado la vinculación. Él ha declarado que no tiene nada que ver con ese suceso pero ha confesado más de quince violaciones. De momento siete han  sido comprobadas en rueda de reconocimiento. Y faltan cotejar pruebas de ADN. Casado, 48 años con hijos, incluso nietos, nadie en el barrio podía imaginar que se trataba de un violador en serie. La policía espera ahora que denuncien más mujeres.