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Ben Kingsley: «Me gusta ser vulnerable ante la cámara y que el director me dé seguridad»

Ben Kingsley: «Me gusta ser vulnerable ante la cámara y que el director me dé seguridad»

Tiene 65 años y el título de sir de la Orden del Imperio Británico , pero Ben Kingsley va más allá de esa imagen clásica inglesa. Es un hombre muy moderno, no sólo por sus pensamientos, sino por su modo de vestir, ya que ayer lucía una elegante camisa gris de diseño con unos vaqueros y zapatillas deportivas.

Ayer fue el protagonista absoluto del VI Festival de Cine Europeo de Sevilla ya que recibió el Giraldillo de Oro en una gala en la que se proyectó su última película, «50 Dead Men Walking», un excelente filme de Kari Skogland que retrata muy fielmente el conflicto de Irlanda del Norte a finales de los ochenta, cuando la violencia entre los católicos y los protestantes estaba en su máximo apogeo.

En esta cinta, que se estrena este próximo viernes, Kingsley interpreta a un agente del MI5, servicio secreto del gobierno británico, que tiene como misión ser el tutor de un joven que les servirá de confidente del IRA con objeto de salvar vidas humanas.

Para este actor, «este thriller funciona porque refleja a dos hombres que tienen que trabajar en difíciles condiciones, en un contexto en donde se muestra la violencia humana sobre el tema del terrorismo como telón de fondo».

—¿Cómo ha sido la respuesta del público británico e irlandés con esta película?

—La reacción ha sido muy buena en Gran Bretaña porque afortunadamente han habido muchos cambios desde esa época que se retrata y la violencia ha acabado. Ahora mismo se ve esto como un capítulo cerrado de la historia del Reino Unido. Esta nación ha sido muy hábil a la hora de salir de los conflictos porque ha tenido la virtud de emplear el diálogo como modo para resolver estas situaciones. Con esa capacidad para la conversación fue como se pudo acabar con el colonialismo de una forma razonada, sin la violencia que emplearon otros países».

—¿Después de un rodaje tan intenso en Belfast le queda alguna marca específica del mismo?

—Cada vez que la directora decía «corten» yo volvía de nuevo a cero, algo que me pasa cuando trabajo con los buenos directores, con los que fluctúas del cero al todo y viceversa, de modo que cuando acaba un rodaje no me queda ningún residuo del trabajo que he realizado. Cuando estuve en Belfast en la filmación no salí apenas a la calle, lo que sí puedo decir es que en esta película la ciudad es un personaje muy importante dentro de la película, al igual que La India fue esencial en «Gandhi» y Polonia en «La lista de Schindler».

Oscar por «Gandhi»

Hablando de «Gandhi», la película de Richard Attenborough fue especialmente importante dentro de su carrera porque siendo su segundo largometraje, le permitió ganar su único Oscar, y eso que ese mismo año competía con otros cuatro gigantes de la escena como Jack Lemmon, Peter O'Toole, Dustin Hoffmann y Paul Newman. «Antes del milagro de Gandhi había tenido una experiencia de 15 años haciendo teatro clásico y obras dramáticas, ésa fue mi mejor preparación para ser actor de cine». Y es que Gandhi le influyó tanto en su carrera que es un defensor de la labor que han realizado personajes como Martin Luther King, pero «el pacifismo no siempre funciona». En todo caso recuerda cuando hace unos años estuvo en un campamento de refugiados palestinos en donde se proyectó la película «Gandhi». «Para mi sorpresa, cuando finalizó la proyección muchos jóvenes se me acercaron y me preguntaron: ¿Cómo puedo ser yo el Gandhi palestino»?

Y si Gandhi representa la luz en la galería de personajes que ha protagonizado sir Ben Kingsley, el lado opuesto lo ocupa su personaje maligno en «Sexy Beast» de Jonathan Glazer. «Una vez un periodista y crítico de cine me calificó de bipolar porque había hecho un papel de ángel en “Gandhi” y en esta otra película mostraba mi lado más maligno. Todos tenemos una parte de ángel y otra de demonio en nuestra personalidad». En todo caso esta actor inglés reconoce que «Sexy Beast» significó un punto importante de inflexión en su carrera.

—Usted ha trabajado con grandes directores. ¿Con cuál de ellos volvería a rodar si pudiera?

—Es cierto que he trabajado con los más grandes directores, pero al final me he dado cuenta de que sin la cámara nunca hay nada. Lo que más valoro en un rodaje es sentirme vulnerable ante la cámara y que el director me dé seguridad. Me encuentro muy bien cuando un director saca lo mejor de mí. Isabel Coixet logró hacerme sentir vulnerable en «Elegy». La misma sensación la he tenido con otros grandes directores como Spielberg, Attenborough, Polansky u otros que me han dado una plataforma para actuar.

Como un activo participante de la European Film Academy (EFA), sir Ben Kingsley confiesa estar muy al tanto de las cinematografías de otros países europeos. «En el caso de España, como no puedo asistir a todos los estrenos, me mandan los DVD de directores a los que admiro mucho como Carlos Saura o Pedro Almodóvar». Asimismo, el protagonista de «Casa de arena y niebla» confiesa que «sería una buena idea explorar una coproducción angloespañola para hacer una película relevante para España».

Tras haber permanecido tres días en Sevilla, sir Ben Kingsley ha dejado un profundo poso en la ciudad. No sólo porque es uno de los actores vivos más grandes, sino por haber dado muestras de su enorme carisma en el Festival de Cine Europeo.

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