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Ferrari lanza su versión 2.0

JOSÉ CARLOS J. CARABIAS

Llega Valencia en el ecuador del calendario y los anteojos de la Fórmula 1 se dirigen a Ferrari. El segundo gran premio en España ha cambiado su ubicación —del sofocante agosto al llevadero junio— y en este punto del Mundial se espera el plan de choque de la escudería italiana. Es el coche versión 2.0, el que integra el mayor número de avances a lo largo del año, el que tiene que otorgar esperanza a Alonso, sólo desplazado quince puntos del liderato.

Llega Valencia y el insulso jueves se transforma en un ejercicio de marketing. Es el sello de la Fórmula 1, una plataforma extraordinaria para la difusión de su propio producto. A media mañana, Felipe Massa se presenta en un centro comercial y juguetea con un simulador de Ferrari para deleite de los aficionados, que empujan con él en cada curva.

En la acera de enfrente, Pedro Martínez de la Rosa ofrece la enésima rueda de Prensa mientras firma autógrafos a los aficionados en los grandes almacenes que lo patrocinan (El Corte

Inglés), mientras hace público el acuerdo con Burger King para lucir su logotipo en la carrera levantina.

Más allá, Jenson Button se ofrece al público en una sarao que ha montado Vodafone, al tiempo que la Prensa tiene la oportunidad de acercarse al vigente campeón del mundo de Fórmula 1. Y en la zona noble del circuito valenciano, en una de las salas vip de la dársena de la Copa América, la macro-convocatoria: Fernando Alonso hace entrega de las becas que patrocina el Santander a estudiantes de media España, en presencia del presidente de la entidad, Emilio Botín.

Actividad publicitaria en el puerto, luz y taquígrafos para el señuelo comercial, y toda la opacidad para el meollo de la cuestión deportiva. ¿Cuáles son las mejoras del coche Ferrari?

Nadie responde. Ni en el campamento italiano, ni en la conferencia de Prensa que Alonso ofrece junto a Alguersuari, De la Rosa, Liuzzi y Petrov. «Nosotros mejoramos en todas las carreras —cuenta el asturiano—. Sabemos que hay una

gran expectación respecto a lo que podamos ofrecer y somos optimistas. Se ha realizado un gran trabajo en la fábrica y esperamos un claro paso adelante. ¿De cuánto? No sabemos».

El plan de choque de Ferrari consiste en conseguir el mayor agarre del F10 al asfalto. El coche corre en las rectas como el que más, entre otras cosas por el conducto F —el orificio que los pilotos accionan o tapan en función de si circulan en línea o en curva—, pero no tanto en los giros.

La semana pasada, Ferrari rodó un anuncio en su circuito privado de Fiorano y aprovechó para experimentar los cambios del coche (los entrenamientos privados están prohibidos y por eso el asunto se despachó de tema publicitario): nuevo doble difusor, retoque en las suspensiones, cambio de ubicación de los tubos de escapes, inclinación del motor, según dicen y nadie confirma... En definitiva, versión 2.0 de la parte trasera del monoplaza.

Cada equipo trabaja una estrategia al respecto. Red Bull lo fía todo al lápiz

artesano de su gurú del diseño, Adrian Newey. McLaren introduce novedades continuas en cada carrera. Ferrari ha preparado su desembarco aquí, al hilo de las ideas de sus ingenieros y de lo que copian a los demás.

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