Lo nunca visto. En este Mundial se habla más español que nunca. España, Argentina, Paraguay y Uruguay están en cuartos de final y, además, otra selección más, la habitual Brasil, también del mundo suramericano, se encuentra en cuartos de final, superando así a los europeos, que han colocado a tres (España, Alemania y Holanda), y a África, con sólo una (Ghana).
AFP
Diego Forlán, delantero de Uruguay
De las cuatro hispanohablantes y quitando a Brasil, que es la gran favorita, España es probablemente la que tiene mayor tirón en las apuestas, sobre todo después de la mejora vista en octavos, pero también Argentina está en el grupo de cabeza. Los argentinos han demostrado un gran potencial arriba, pero casi todo el mundo dice que aún no se han enfrentado a rivales de verdad y, cuando tuvieron uno medio potente, como México, pasaron muchas dificultades ante un rival que les manejó el balón con criterio en el medio campo. Esta vez, el árbitro y la potencia goleadora que tienen arriba (Maradona utiliza a Messi, Higuaín y Tévez y aún tiene en la recámara al Kun, Diego Milito y Di Maria) les salvó de daños mayores.
No obstante, los analistas argentinos no paran de reclamarle a Maradona más talento en el medio campo porque con Mascherano y Verón no les da, así que todo el mundo le pide que saque a Javier Pastore, probablemente el centrocampista de mayor talento que tiene Argentina en este momento. El jugador del Palermo es el que mejor distribuye, un futbolista de gran regate, habilidoso y rápido y, además, con una visión de juego excelente. El enlace que el equipo necesita en el medio campo. Dicen que Maradona le sacará ante Alemania por Di Maria, pero hay quien dice también que el Pelusa no se atreverá a una apuesta tan ofensiva frente a un equipo de potencia descomunal arriba como es Alemania.
La pólvora uruguaya
Uruguay ha llegado muy arriba con el denominador común que ampara a esta selección: defensa dura, que pega mucho, un centro del campo compacto y, sobre todo, una delantera tremenda con Cavani, Forlán y Luis Suárez, que meten casi todo lo que tocan. De cualquier forma, su potencial está uno o dos escalones por debajo de españoles y argentinos.
Los otros hispanohablantes son los paraguayos, por los que nadie apuesta. Ultradefensivos, cerradísimos y guerreros, dan mucha guerra, pero nadie piensa que puedan pasar de cuartos, y menos ante una selección como España. Y queda Brasil, que es el denominador común del dominio suramericano. Hay poco que decir: todos la dan como gran favorito pues tiene casi todas las virtudes y muy pocos defectos.
En realidad, se piensa que este dominio del fútbol suramericano se debe principalmente al gran número de jugadores que están compitiendo en el fútbol europeo. Siendo generalmente más técnicos, ahora han aprendido a sufrir, a presionar y a aplicar, además, unas características europeas a su gran técnica: dureza, gran físico y competitividad, además de unos parámetros tácticos que antes solían despreciar con demasiada frecuencia.
