EFE
Oscar Tabárez y el delantero uruguayo Luis Suárez
Gigghia, Gambetta, Scarone, Schiaffino… Los nombres que hicieron de Uruguay un grande del fútbol mundial intentan dar paso a Lugano, Luis Suárez o Forlán. Los 'charrúas' comienzan a reverdecer los viejos laureles, el fútbol uruguayo ha empezado a sentirse importante y se ha colado en las semifinales de una Copa del Mundo cuarenta años después. La última vez fue en México 1970 y Brasil, con uno de los mejores equipos que han disputado un Mundial, les dejó fuera. Ahora se la juegan ante Holanda. La misión: una final que les devuelva al Olimpo.
Cuarenta años navegando por el mar de las desidias, saltando de fracaso en fracaso. Cuando no era una fase de clasificación que no se lograba superar, era un ridículo a manos de una selección menor. Pero ahora Uruguay se siente grande y busca la redención ante una Holanda que exhibe pegada a falta de fútbol y que tiene en Robben la solución a sus problemas. Uruguay quiere volver a ver la luz al final de túnel y cada vez está más cerca. Las semifinales son un gran paso a la redención, aunque la final sería tocar el cielo.
En 1930 la FIFA decidió celebrar el primer Mundial de la historia en Uruguay. Los europeos miraron aquella decisión con malos ojos debido a los costes del viaje y a que Europa estaba en medio de una crisis económica que no permitía demasiados alardes. En un Mundial donde todo era nuevo y todos eran candidatos, Uruguay supo imponerse a todos los rivales. La final fue un bonito 4-2 entre vecinos, ya que los charrúas vencieron a la Argentina de Stabile, mejor jugador de ese Mundial. Uruguay era campeón y anfitriona de la primera Copa del Mundo.
Después de salir campeón no volvería jugar hasta 1950, el primer Mundial después de la II Guerra Mundial. Los Mundiales europeos no los disputó y en su reaparición volvió a ser campeona. Todo estaba dispuesto para que Brasil saliera Campeona, pero no fue así. En un Maracaná lleno Gigghia marcaba, hacía campeón a los charrúas, llevaba la decepción a la torcida y escribía su nombre, y el de su país, en la historia de los mundiales. Era el Maracanazo. Uruguay igualaba a Italia con dos campeonatos del mundo. Comenzaba también la travesía por el desierto, viaje que será sin agua a partir de 1970 y que ahora ha encontrado una fuente y quién sabe si el final del camino. Este puede ser la vuelta al primer escalafón del fútbol mundial.
Uruguay, además de dos Mundiales, colecciona dos apariciones más en semifinales: 1954, donde cayó ante la Hungría de Kocsis, y 1970, donde fue eliminada por Pelé y su banda de “los diez”. Contra Holanda busca su tercera final ante un rival peligroso que basa su juego en dos ex madridistas, Robben y Sneijder.
