El Museo Picasso-Málaga encuentra nuevas fórmulas para hacer llegar al gran público el legado del artista malagueño. En esta ocasión, nos sorprende con una puesta a punto muy interesante. Una exposición que recoge tres piezas de vídeo-arte del neoyorquino Bill Viola:
The Arrangement
(2007), Encarnación (2008) y Tres mujeres (2008), que forman parte a su vez de la serie Transfiguraciones, con la que el museo inicia un ciclo de exposiciones dedicadas a indagar y reflexionar sobre la impronta de Pablo Picasso en el arte contemporáneo y sus protagonistas.
Tal y como explica el propio Viola, Transfiguraciones, hace referencia al proceso por el que la sustancia y la esencia de un ser cambian de forma. Viola recurre, una vez más, al tratamiento artístico desde un punto de vista metafísico, sencillo y directo, con claros guiños a la espiritualidad tan presente en sus obras. Además, el agua vuelve a ser una constante para el artista, siendo en esta ocasión metáfora de una barrera que refleja profundamente los dos mundos y las experiencias humanas. Las tres obras muestran de manera reiterada a distintas personas aproximándose al espectador que las contempla desde la oscuridad, cruzando hacia la luz a través de una cortina de agua, para volver más tarde a las sombras.
La principal conexión entre los artistas reside en la parte física y material de la persona
Muerte, vida y agua
Precisamente es este espíritu revisionista el que da pie a la exposición. En este caso, la idea surgió a propósito de la obra La vie (La vida, 1903), perteneciente al periodo azul de Picasso. Etapa en la que el genio malagueño carga sus obras de simbolismo para tratar la soledad, la vida y la muerte desde un punto de vista psicológico.
Esas características son reconocibles también en las piezas de Bill Viola. Así, el propio autor apuntaba que la principal conexión entre sus creaciones y las del pintor del Guernica es «el cuerpo, el trabajo con la parte física y material de la persona; sin olvidar el interior, el software donde habitan las emociones y la conciencia». Viola, uno de los pioneros del vídeo-arte, confesó su interés por la propuesta desde el primer momento en que la organización se la dio a conocer. El norteamericano sostiene que «cuando un joven creador se encuentra con la obra maestra de un artista tan poderoso como Pablo Picasso, puede tener dos reacciones: una, de inspiración, maravillado ante la obra tan increíble que puede hacer el ser humano; otra, de reacción, de querer superar la maestría del artista».
El Museo Picasso-Málaga insta al público asistente a reconocer los lazos y conexiones que se entrecruzan entre los dos artistas. Por ello, la exposición se complementa con numerosas actividades paralelas, entre las que cabe destacar el visionado de un documental que Mark Kidle presentó para la BBC en 2003, titulado Bill Viola: El ojo del corazón.
No es la primera vez que el creador estadounidense expone en España. La Alhambra de Granada acogió en el año 2007 su última exposición individual
Bill Viola: Las Horas Invisibles
, que complementaba a las ofrecidas por el Museo Guggenheim-Bilbao y la Fundación La Caixa en Madrid. Más recientemente, una de sus instalaciones formó parte de la exposición Lágrimas de Eros del Museo Thyssen-Bornemisza.