Al Andalus junto a la Zona Cero
El proyecto de erigir la mezquita «Cordoba House» al lado del escenario del 11-S divide a EE.UU. La madre de un fallecido es tajante: «Le mataron y ahora construirán una mezquita en su tumba»

Hace un año Soho Properties, una compañía inmobiliaria de capital musulmán, compró un edificio de cinco pisos entre las calles Church y West Broadway de Nueva York, a dos esquinas de la Zona Cero. Pertenecía a unos grandes almacenes muy dañados por los atentados del 11-S. Soho Properties pagó casi cinco millones de dólares al contado. Cuando la compra ya estaba hecha, uno de los inversores en la operación anunció su intención de utilizar aquel espacio para construir una mezquita y un centro cultural islámico, que se llamará «Cordoba House», la Casa de Córdoba.
Un año después la mecha del debate sigue prendida, pero curiosamente arde más fuera de Nueva York que dentro. La posibilidad de que una parte de la Zona Cero mire a la Meca quita más el sueño a los habitantes del estado de Nueva York —o de otros estados de la nación— que a los de la ciudad que padeció en carne propia los atentados.
Hubo y hay protestas. Algunas proceden de familiares de víctimas del 11-S, como Lee Hanson, que ese día perdió a su hijo, a su nuera y a su nieta. Los tres volaban a bordo del vuelo 175 de United Airlines que los terroristas secuestraron y estrellaron contra la Torre Sur. A Henson no se le olvida la llamada que desde el móvil le hizo su hijo para decirle: «No te preocupes, papá, esto va a ser rápido». Lo siguiente que oyó por el auricular fue: «Oh, Dios. Oh, Dios. Oh, Dios». Miró por el televisor y vio el impacto del avión contra la Torre.
Luego está Eileen Tallon, la madre de un bombero que falleció durante las tareas de rescate, y que para nada está conforme con que los musulmanes, a los que culpa sin distinción de la pérdida de su hijo, oren donde este murió. En la misma línea se manifiesta la hermana de una de tantas víctimas cuyos restos mortales ni siquiera han aparecido. «Los islamistas le mataron y ahora van a construir una mezquita en su tumba. Dime tú si su victoria no va a ser completa», se queja.
Sarah Palin, en contra
Pero si se tiene en cuenta que a consecuencia de los atentados de ese día murieron 2.976 personas, que como media dejan entre dos y cuatro deudos cada una, hay que concluir que son muy pocos los que han protestado. Una manifestación convocada el pasado mes de junio contra el proyecto de la mezquita congregó a unos miles (no demasiados) de asistentes, pero muchos de ellos venían de fuera.
La ciudad mayormente acepta la idea. Quizás sin gran alegría o entusiasmo. Pero la acepta. La junta municipal del distrito aprobó el proyecto por unanimidad. El alcalde Bloomberg ha sido inequívoco mostrándose a favor de la tradición de tolerancia de la ciudad. Las objeciones, que las hay, vienen de lejos.
Algunas vienen de tan lejos como Alaska. La ex gobernadora de ese remoto estado, la estrella conservadora Sarah Palin, ha pedido hasta a los musulmanes moderados que repudien la idea de una mezquita en la Zona Cero. Slo que en lugar de repudiar dijo «refudiar». El lapsus le puso en bandeja a Sharif El-Gamal, el promotor de Soho Properties, ironizar sobre lo curioso de que la patriota Palin «ni siquiera habla correctamente el inglés». Sharif El-Gamal acusa a Palin y a otros dirigentes republicanos que se oponen a la mezquita de querer sacar tajada de una polémica que a su juicio no existe en la calle y ha sido «inventada de cabo a rabo» por los medios de comunicación.
Sí es verdad que la polémica está más en los papeles que en la calle. Aunque solo sea porque al lado de la Zona Cero ya casi no vive nadie. El proyecto de la Zona Cero lo impulsan la Sociedad Americana por el Avance Musulmán y «Cordoba Initiative», una entidad a la que se podrá llamar de todo menos provocadora o extremista. Su líder, el imán estadounidense Feisal Abdul Rauf, es un veterano activista del acercamiento cultural entre el islam y occidente.
Otra cosa es que no falta quién se pregunte a qué genio se le ocurrieron los nombres de «Cordoba Initiative» y «Cordoba House». ¿A vueltas con el califato y con ese sueño de recuperar el Al Andalus que alguna vez ha dejado caer Osama Bin Laden?
Rotundamente «no», dicen en su página web (http://www.cordobainitiative.org/?q=content/our-mission). Allí justifican la alusión a Córdoba por la necesidad de recuperar el espíritu de un tiempo y un lugar en que las tres grandes religiones monoteístas, cristianismo, judaísmo e islam, fueron capaces de convivir, así fuese en armonía opinable. Para predicar con el ejemplo, «Cordoba Initiative» ha recogido apoyos cristianos y judíos a su proyecto de mezquita.
CORRESPONSAL EN NUEVA YORK
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