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Las mejores películas malas. Capítulo IV

FEDERICO MARÍN BELLÓN

«Showgirls»

Si hay un subgénero en el que es difícil separar el grano de la paja es el que hoy nos ocupa, uno de los pocos que pueden competir en profusión de bodrios con el cine de terror. A falta de encontrar una denominación única sin tener que recurrir a la sabiduría de Chiquito de la Calzada, se puede adelantar que las películas que lo integran están dirigidas de forma inequívoca al público masculino, con una o más actrices acaloradas como ingrediente principal de la pizza y una base argumental de la que no importan forma ni grosor. Lo único que se devana aquí es el sexo.

«Showgirls» es un ejemplo entre mil, pero preferible a «Striptease», «Porky's», «Orquídea salvaje» o «Bolero». Descendiendo algún escalón más, que ya es bajar, nos toparíamos de frente con Pamela Anderson en «Barb Wire». «Showgirls», de Paul Verhoeven, es la más apropiada para esta sección precisamente porque alterna con otra escala social más elevada, con un reparto y un director conocidos, aunque sin alcanzar la categoría de «Instinto básico». El filme que lanzó la carrera de Sharon Stone tenía similares características —también fue escrito por Joe Eszterhas y dirigido por el mismo holandés errante—, pero además de toda la carne ponía otras cosas sobre el asador.

Tiene gracia que una de las referencias ocultas de «Showgirls» sea «Eva al desnudo», en la que, pese al título en español, Anne Baxter no enseñaba ni los tobillos. Lo cierto es que «Showgirls» es a «Eva al desnudo» lo que cualquier local de striptease al teatro más cutre de Broadway. En la cinta protagonizada por Elizabeth Berkley, quien nunca se repuso, la ingenua y explosiva protagonista llega a Las Vegas con la maleta llega de ambiciones y el objetivo insobornable de convertirse en una estrella. Al igual que Baxter-Eva, Berkley-Nomi conoce a la diosa de su mundillo, Gina Gershon y tras una serie de zancadillas más o menos voluntarias se hace con su puesto, con Kyle MacLachlan como testigo nada inocente.

En defensa de esta cinta hay que decir lo injusta que fue la crítica. Es mala, sí, pero ofrece lo que promete desde el título. «Striptease» era mucho peor y carecía de la menor honestidad. Siempre serán preferibles las curvas neumáticas de Elizabeth Berkley que las recauchutadas de Demi Moore.

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