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Gente / última de verano

Jude Law se sube a la cabeza

Sadie Frost, ex mujer de Jude Law, ha escrito unas memorias («Crazy Days») en las que cuenta la depresión que sufrió junto al guapo actor, que sigue con Sienna Miller, novia on-off

Día 17/08/2010 - 10.15h
Mola el verano «revival» que llevamos gracias a los Obama. Primero tuvimos a domicilio la parte berlanguiana y ahora hemos tenido la fraguista, con Barack Obama bañándose en su Palomares del Golfo de México. Es una resucitación de momentos emblemáticos de la cultura popular. De figuras de la pop culture. Sienna Miller también es una figura de esas. Ahora estamos con Halle Berry y su portada en el «Vogue» de septiembre como la gran cosota. Por ser negra (como si Naomi Campbell no hubiera salido). Bueno, casi negra porque Halle Berry es tan negra como Jennifer Beals y mucho menos que Valentino. Pero más emblemático fue el número de septiembre que protagonizó Sienna Miller, justo el del documental del mismo título a mayor gloria de Anna Wintour. Porque tiene mucho más mérito ser portada de Vogue América como actriz de medio pelo (rubio, eso sí) y sin que se sepa muy bien en qué has basado tu fama que siendo una afroamericana con Óscar.
Sienna Miller no será una gran actriz, no será la mayor belleza del mundo, pero es un referente para las mujeres. Por los tíos que se levanta, sobre todo en verano. Por Jude Law, por Orlando Bloom, por Balthazar Getty, por Jude Law otra vez. Es verdad que ha sido novia de Rhys Ifans (el estrafalario amigo de Hugh Grant en «Notting Hill»), pero ése sólo cuenta como distracción. De vez en cuando hay que descansar de tanta belleza porque si no te da el síndrome de Sienna (es como el de Stendhal pero con monumentos-hombres en lugar de con monumentos-piedras).
El caso es que ahora vuelve a estar con el guapérrimo de Jude Law. Así lo podrá consolar cuando salgan las memorias de su ex mujer, la actriz Sadie Frost, de la que se separó en 2003. «Crazy Days», que se publica el mes de septiembre, recordará la depresión de Frost durante el tiempo en que estuvo con Jude Law. Cuando lo conoció, ella estaba casada con Gary Kemp, de Spandau Ballet, y tenía 25 años (Jude, 19). Dice que perdió el control y abandonó a su marido. Y eso que el Jude Law de 19 años no es el de ahora. Las ausencias del actor por sus rodajes la ponían de los nervios y la llevaron a ingresos hospitalarios por depresión (bueno, las ausencias de Law y su propia cabeza). Sadie, que es hija de David Vaugham, el artista psicodélico, cuenta en el libro que un día cogió unas tijeras y se dio un tajo en el brazo. «La sangre manaba, pero no había ni rastro de pánico en mí. Sólo me sentía vacía». Parece que a Jude Law no le gusta nada la idea de las memorias. Sobre todo no le gustan unas cien páginas donde ella cuenta los pormenores de tanta infelicidad matrimonial, así que ha echado a sus perros, es decir, a sus abogados.
Como tengo un periodo (que no «wild», eso siempre Sienna Miller en verano), me pasa como a Gilbert, el personaje de «El crítico como artista». Como a él, me gustan todos los libros de memorias. La autobiografía es un género irresistible. Me gusta la indiscreción tanto como Jude Law. Y me alegro de que las mujeres se depriman a su lado. Sienna Miller parece inmune. Aunque como es más lista que ninguna, descansa de él de vez en cuando para que no se le suba a la cabeza.
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