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la última de...

Juan Luis Aguado: «Espero que Oliver no venga a enterrar al Betis»

Economista y ex consejero del Betis. Durante 15 años fue consejero del Betis y fedatario de las decisiones de la Junta. Hoy mira aquellos tiempos sin atisbo de melancolía, quizás en todo caso mucha tranquilidad

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j. félix machuca

—Nunca olvidaré aquella pringá que me ofreció en su caseta de Feria…

—(Risas) Nunca le van a faltar.

—¿De verdad que no estaba hecha por discípulos de Ferran Adriá?

—No. Estaba hecha por un manitas de Villalba del Alcor. Es un monstruo.

—Hablando de pringás, es buena la que tiene su equipo de toda la vida…

—Es una pringá que no es tan buena como la que tomamos en la Feria y que no es plato de gusto de ningún bético.

—Una pringá con jueza, fiscalía, empresarios dudosos, administradores judiciales y sobresaltos mediáticos casi a diario.

—Así es. Por eso los 103 años de beticismo nunca han atravesado por esta indigestión que, esperemos, se sepa administrar la dosis correspondiente de bicarbonato para volver a disfrutar de un Betis para los béticos.

—Fue consejero durante 15 años del Real Betis. Y vinculado al mandato de Lopera. ¿No teme haber firmado ningún acuerdo anómalo?

—De los quince años, trece, fui secretario del consejo de administración. Dicho cargo conllevaba la responsabilidad de ser fedatario de todos los acuerdos que se tomaban en consejos de administración y juntas generales. Pero nunca me vi en la tersitura de tener que certificar ninguna cuestión contraria a mis principios.

—O sea que comulgaba con los principios de Lopera…

—Mis principios fueron siempre los que yo defendí y además tengo que agradecerle la confianza que durante tanto tiempo depositó en mí.

—¿Lopera es digerible o, con el tiempo, produce obstrucción intestinal?

—Cuando comenzó su proyecto, fue muy digerible para los béticos. Y en ello nos embarcó. Pero desde la temporada 05-06 ese proyecto se agotó. Y me fui.

—¿Le apetece recordar alguna anécdota que defina el perfil del encausado señor Lopera?

—Lopera es un amante de los animales. Un día en La Coruña fuimos a cenar antes de un partido. Pedimos un centollo. El maître nos lo mostró vivo. Lopera nos preguntó si el centollo que nos íbamos a comer era el que nos habían enseñado vivo. Dijimos que sí. Y él que no. Que no se lo comía porque lo había visto vivo. Llamó al maître para cerciorarse. Y el maître respondió afirmativamente que el centollo estaba ya en la olla y muerto. Lopera dijo que no se lo comía. Y mandó una ración de pulpo para todos.

—La verdad no se por qué hablamos de Lopera: ya no tiene nada que ver con el Betis, vendió sus acciones y es ya puro recuerdo. ¿Cuela?

—Pienso que actualmente la venta es efectiva. Pero que a largo plazo volverán a ser de Lopera.

—Le digo nombres y usted me los define en su relación con el Betis. ¿De acuerdo?

—Perfecto.

—Lopera.

—(Mueve el cuello y se toca las solapillas del polo) Ha desperdiciado la oportunidad de hacer un club grande por mucho tiempo.

—Rufino.

—Su beticismo lo hacen incurrir en errores de bulto. No debió abandonar el último consejo.

—Oliver

—Ufffff. No sé a lo que juega. Espero que no venga a enterrar al Betis.

—Castaño

—Un apasionado del fútbol que todo lo ve ganado para el Betis.

—Porrúa

—Ojalá le podamos agradecer en el futuro la responsabilidad que se ha echado en las espaldas con el Betis.

—Mercedes Alaya

—La Justicia, como la queremos todos los españoles…

—Segarra

—No entiendo en qué espejo se mira.

—De Gordillo exijo que se le considere, como mínimo, lo menos contaminado que ha puesto el pie en esa Casa…

—Es un símbolo vivo en torno al cual todo el beticismo debe unirse.

—¿Teme por la continuidad del Betis como Sociedad Anónima Deportiva?

—Como Sociedad Anónima Deportiva sÍ tengo mis dudas, pero con la grandeza, la fuerza de todos los béticos, con eso nunca podrán. El Betis no va a morir nunca.

—¿La vía que ha abierto la juez Alaya es la única esperanza para que el Betis vuelva a ser de los béticos o es buena la vía del Hércules?

—En la última no tengo ninguna confianza. Sin la vía judicial sólo hubiera salvado al Betis una hecatombe de la que renaciera un Betis nuevo.

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