Septiembre y febrero son los dos meses claves para los profesionales de la moda, ya que tienen lugar las semanas internacionales más importantes de la moda, en el siguiente orden: Nueva York, Londres (que coincide con Madrid), Milán y París. Pero las «fashion week» son mucho más que modelos desfilando. Si quiere saber lo que de verdad se cuece en el guiso «fashionista», le desvelamos las 10 claves para entender los entresijos de las distintas pasarelas.
1El calendario copia y pega:
Aunque parezca una tontería, el orden de los desfiles marca las pautas. Hace unos años, los americanos eran los últimos en presentar sus colecciones. Se les acusó de copiar a los franceses e italianos, y decidieron poner su «fashion week» al principio. Ahora las malas lenguas dicen que los diseñadores que desfilan en París están muy atentos a la pasarela de Milán, y en particular al desfile de Prada, uno de los más importantes en cuanto a tendencias. Se rumorea que algunos han llegado a cambiar colecciones enteras en el último minuto.
2Nicotine Chic:
El mejor lugar para hacer amigos en Nueva York o en Milán es fuera de las carpas de los desfiles, donde modelos, diseñadores y estilistas salen a fumar. Esto no sucede en Madrid, donde, a pesar de la prohibición, se fuma en el backstage.
3El personaje:
La estrella indiscutible del mes de la moda es la directora de «Vogue» USA, Anna Wintour. El año pasado llegó tan lejos como cambiar el orden de los desfiles y acortar la semana de la moda milanesa, porque había reducido el número de días de su viaje a la capital de la moda italiana. El mejor lugar para verla es en Nueva York, su terreno, pero vaya donde vaya, acude a cada desfile con dos guardaespaldas —mínimo— que no se separan de ella en ningún momento.
4Puntualidad:
Los desfiles en París, Milán y Nueva York empiezan con hasta hora y media de retraso. Esto es debido a que las modelos llegan tarde del anterior desfile, tardan en maquillarlas, están haciendo entrevistas al diseñador o que la prensa importante no está todavía sentada en la primera fila. El único diseñador que se ha plantado es Marc Jacobs, que desde la temporada pasada empieza puntual y deja fuera a todo el que no llegue. Un aplauso también a los desfiles de Cibeles Madrid Fashion Week, que siempre arrancan en hora.
5Localización:
El lugar donde transcurren los desfiles es casi tan importante como el desfile en sí. En Nueva York se habían hecho hasta ahora en las carpas de Bryant Park, y este año por primera vez se ha cambiado al Lincoln Center. Aun así, algunos diseñadores eligen desfilar en otros locales, como su propia tienda, como hace Donna Karan con DKNY o en locales reconvertidos, como Marc Jacobs, que sorprende todos los años. París es aún más espectacular porque las casas de moda alquilan salas en museos, escuelas, como la de Bellas Artes, o garajes. Lo que se consigue con esto es que toda la ciudad viva la moda ya que los desfiles están repartidos por el centro.
6Motorízate:
Al tener que desplazarse de un desfile a otro, repartidos por la ciudad, París se convierte en una verdadera yinkana fashionista. La probabilidad de parar un taxi en París durante esta semana es equivalente a que te toque el gordo de la primitiva. En Milán se repite la misma pesadilla, tanto que hay agencias de modelos que contratan a chóferes con vespinos para que las trasladen de un desfile a otro.
7Front Row:
Los neoyorquinos lo tienen claro. Como buenos americanos, el aspecto comercial de la Fashion Week es indiscutible y palpable. Sus desfiles son para vender las colecciones y por lo tanto, en la primera fila sientan a sus clientas top. No hay nada como ir a un desfile de Carolina Herrera y ver la primera fila llena de bolsos Birkin de Hermès, de todos los colores, a los pies de las señoras, la marca indudable de la clienta de alto lujo.
8Dieta a la carta:
Ya no es lo que comes, sino dónde comes. Cada ciudad tiene sus restaurantes y cafés, a los cuales acude el «fashion pack» o el «rebaño de la moda». En Nueva York, los lugares de moda cambian todos los años. Si la temporada pasada el sitio para ver y ser visto era Monkey Bar para cenar, este otoño apostamos por la terraza del hotel The Standard, cuyo dueño es el ex de Uma Thurman, el empresario André Balazs. En París se mantiene firme el restaurante de lujo Caviar Caspia, el preferido de la directora de Vogue París, Carine Roitfeld, y cuyo dueño es el joven español ultra conectado Ramón Mac-Crohon.
9Compra-venta:
Aunque los miembros de la prensa son fundamentales en los desfiles, hay otros profesionales aún más importantes: lo que se conoce como los «buyers». «Sin duda, los más importantes están afincados en Nueva York. Son los que compran para los almacenes Barney’s, Bloomingdales, Saks Fifth Avenue o Macy’s.
10 Celebrities:
Si en Nueva York puedes ver «le tout» Hollywood disputándose los asientos de primera fila, con las actrices de la serie «Gossip Girl», en Italia las estrellas son las presentadoras con escotes vertiginosos del grupo Mediaset (y este año posiblemente Sara Carbonero). A falta de talento local reconocible a nivel internacional, París importa a famosas americanas para que acudan como invitadas especiales. En Madrid nos contentamos con fenómenos de las series de «reality» y actores emergentes que buscan su próximo look para la gala de los Goya.
NUEVA YORK
