La firma francesa Emmanuel Ungaro volvió a sus raíces con una colección primavera-verano 2011 de vestidos suntuosos en tonos pastel, dejando atrás su «affaire» con la actriz Lindsay Lohan.
Como muchas otras casas de moda, Ungaro ha tenido que luchar para recuperar una identidad propia despés del retiro de su fundador en 2005, con una sucesión de diseñadores que terminó contando con la estrella de Hollywood como directora artística. La colaboración llegó a su fin el pasado mes de marzo después de las fuertes críticas que levantó el único desfile que produjo la actriz. La llegada de Giles Deacon (que trabajó en Louis Vuitton y Ralph Lauren) como director artístico supuso un empujón positivo para la firma, y antes del show ya se anunciaba un nuevo punto de partida para la firma: «Creo que no tiene ningún sentido hablar de lo que pasó», dijo Marie Fournier, directora general de la firma. «Estamos frente a un nuevo capítulo, dispuestos a recuperar lo mejor de la casa: su sensualidad, su glamour y su ligereza».
La nueva colección, presentada en un invernadero del centro de París, ratificó la vuelta de Ungaro a su esencia. Prendas fáciles de llevar en tonos pastel, trajes de pantalón, vestidos de coctail... Una colección pensada para mujeres reales «y no estrellas», señaló Deacon: «Es mi visión de cómo debería ser Ungaro».
La colección se basa en la riqueza de los tejidos y texturas, con un punto irreverente: minivestidos con transparencias, relucientes bañadores, tocados de plumas de avestuz, broches de lentejuelas, perlas... y un toque fluorescente poniendo el punto moderno a la colección.