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La entrega de los galardones podrá seguirse en directo a través de ABC
Día 22/10/2010 - 18.18h
A eso se le llama empezar con buen pie. A cien metros escasos de mi ordenador, en la histórica y preciosa plaza del no menos histórico y precioso Hotel de la Reconquista, ya se han templado gaitas para que dos docenas de músicos procedentes de diversas bandas de la región interpreten la «Alborada» de los Premios Príncipe de Asturias, la melodía del maestro Xuacu Amieva, que abre de par en par las puertas del día de entrega de los galardones.
Efe
Ahora mismito, en el citado hotel, Don Felipe y Doña Letizia reciben en audiencia a los Presidentes de los Jurados, a los miembros de los Patronatos Príncipe y Fundación y a los galardonados. Y todos con la alegría de saber que la Copa del Mundo descansa a un cuarto de hora de nosotros, en el Auditorio Príncipe Felipe.
Los representantes de los futbolistas que la ganaron, al margen del seleccionador que ha dormido aquí, irán llegando a lo largo del día, y saldrán pitando para las concentraciones con sus clubes nada más acabar la ceremonia de entrega que empieza a las 18.30 horas, en el Teatro Campoamor, y que podrá seguirse en directo a través de ABC.
Eso sí, el mosqueo por tanta ausencia continúa. Pero como bien se han encargado de resaltar algunos de los galardonados (el artista Richard Serra y los sociólogos Alain Touraine y Zygmunt Bauman, entre otros) quien manda en todo el planeta, hoy por hoy, es el mercado, las sacrosantísimas leyes del mercado, y el fútbol no es una excepción, más bien al contrario.
Descubrimientos
Tres días en Oviedo dan para mucho. Dan para saber que hombres e insectos somos más parecidos de lo que se cree, como nos contó David Julius, Premio Príncipe de Asturias de Investigación. Uno, ya se lo veía venir y por si las moscas, habrá que creerle. Hemos sabido que Zygmunt Bauman, además de un sociólogo de prestigio y un conversador de fábula, a sus 85 años fuma (en pipa y en cigarro) como un carretero. Pero quien ha sobrevivido al terror nazi y a la barbarie estalinista sin duda ya está curtido para lo que le echen.
Igualmente hemos aprendido que a Alain Touraine, también de la quinta de 1925, y también sociólogo, basta con preguntarle por el Mayo del 68 para que tire del hilo de su gigantesca memoria y devane la madeja de su Tres días a toque de clarín y nos cuente, de forma precisa, amena y apasionada, la historia de Europa, de Occidente, del movimiento obrero y los grupos terroristas de los 70 nacidos de los adoquines de París, de la Ilustración, de Sarkozy, de la Francia que de vez en cuando se pone jacobina y de lo que sea menester.
Crónica de nuestro mundo
Touraine lo tiene meridiana y terriblemente claro: nuestro mundo se está viniendo abajo. Y como dice su compañero de quinta Bauman aquí «ya no hay ciudadanos, sino consumidores, y el resto, gente redundante» (carne del INEM, para entendernos). Amin Maalouf nos agasajó los oídos y nos confortó el ánimo con su esperanza de que la literatura aún puede cambiar el mundo. Quién sabe, quizá se refiera a los cuentistas que gobiernan el planeta. El corazón volvió a latirnos poderoso y animado, tras escuchar al doctor Matesanz (director de la Organización Nacional de Trasplantes) que confirmaba nuestro primer puesto como país con mayor número de donantes per cápita.
Y hemos tenido la suerte de conocer a un californiano llamado Richard Serra que con la varita mágica de su talento convierte el acero en fantasía. Los Guerreros de Xian, como nuestros futbolistas, no podrán venir hasta Oviedo, pero ellos sí que tienen una excusa, son 7.000, y hace ya mucho tiempo que pasaron a mejor vida, aunque aquí, en la Plaza de la Escandalera, monte guardia una réplica de uno de ellos. Intentamos tirarle de la lengua, pero el hombre es muy callado. Lo mismo se queda y monta un todo a 1 euro. O lo mismo hace migas con Woody Allen queestá a un paso. Pero ese sí que habla. Aunque sea de bronce.
