Debate frustrado
La grotesca campaña electoral catalana tuvo ayer en el frustrado «cara a cara» su enésimo episodio
La grotesca campaña electoral catalana tuvo ayer en el frustrado «cara a cara» televisado entre José Montilla y Artur Mas su enésimo episodio para el olvido. Si no hubo debate se debió sencillamente a la frivolidad, al oportunismo y a la improvisación con que PSC y CiU se están manejando en la campaña. Ninguno planteó nunca este debate como un objetivo real de sus candidaturas para exponer ideas, sino como un recurso optativo y ventajista en función de sus cambiantes necesidades. Sólo cuando Montilla se ha visto incapaz de movilizar a su electorado y cuando Mas se siente cerca de la mayoría absoluta, han hecho confluir sus intereses. Pero ha sido tarde y mal.
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