f. j. de las heras
Los niños hiperactivos y con déficit de atención tienen entre un 60% y un 70% de probabilidades de seguir padeciendo el trastorno una vez adultos si tienen el gen LPHN3 (Latrofilina 3). Así lo apuntan los resultados de un estudio realizado por el Instituto de Investigación del Vall d'Hebron de Barcelona. La investigación, en la que ha participado el Servicio de Psiquiatría del citado hospital y que publica la revista «Genes, Brain and Behavior», evidencia la relación entre la aparición de esta variante genética en la etapa infantil y la persistencia de la enfermedad en la edad adulta.
El trabajo demuestra que la genética tiene un papel determinante como sustrato en el desarrollo del Trastorno del Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y corrobora la existencia de bases genéticas comunes entre la aparición del desorden en niños y también en la etapa adulta. El responsable de la línea de investigación, Josep Antoni Ramos-Quiroga, explica que esta constatación podía servir para identificar a priori en qué jóvenes afectados por el trastorno persistirá la enfermedad cuando sean mayores.
El TDAH es uno de los problemas psiquiátricos pediátricos más frecuentes y afecta a un 5% de los niños en edad escolar. Los que lo padecen tienen importantes problemas de concentración, una hiperactividad creciente, y problemas de adaptación, lo que dificulta su rendimiento en clase. En adultos, el trastorno puede ser origen de dificultades sociales y predisponer a quienes la padecen a consumir drogas o sufrir accidentes de tráfico, según indicaron a ABC portavoces de la investigación.
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