La incidencia de la ley antitabaco sobre el sector de la hostelería se queda pequeña en comparación con la amenaza que se cierne sobre los establecimientos de juego (casinos y salas de juego). El 70% de sus clientes se define como «fumador», mientras que el 45,4% declara que no acudirá a estos locales si se aprueba la ley. Este tipo de negocios debe luchar, además, contra la pujanza de las páginas web de apuestas, una batalla que dan por perdida si desaparece el componente social del cigarrillo. «En la actualidad, el 30% de la superficie de nuestros locales, habilitada para fumadores, está llena, mientras que el resto da una impresión penosa, vacía y solitaria», explica Manuel Matamoros, de la Confederación Española de Empresarios de Establecimientos de Juego. Sus previsiones, por ello, son incluso más agoreras que las de sus colegas de hostelería: de 9.500 de trabajadores, 2.500 personas podrían perder sus empleos.