La Xunta confirmó ayer que la inauguración oficial de los edificios de la Biblioteca y el Archivo de la Ciudad de la Cultura se producirá el próximo 11 de enero de 2011. La esperada fecha simboliza para el gobierno gallego una «nueva y esperanzadora etapa» que propiciará que el Monte Gaiás se convierta en una ciudad «para el conocimiento y la creatividad» y que contribuirá a proyectar la cultura gallega al resto del mundo. De momento, la apertura al público del complejo continúa siendo una prioridad para la Consellería de Cultura, que desplegará todos los servicios del Archivo y la Biblioteca «que le son propios», hasta lograr su pleno funcionamiento.
Este enclave cultural, ubicado en un monte próximo a la capital gallega, fue diseñado por el arquitecto estadounidense Peter Eisenman por encargo de Manuel Fraga. Desde sus inicios, la obra estuvo rodeada de polémica, una controversia que el conselleiro de Cultura, Roberto Varela, interpretó como un denominador común de todos los grandes proyectos. En este sentido, el popular no ha dudado en comparar, en reiteradas ocasiones, la Ciudad de la Cultura con otros edificios de fama internacional como el Guggenheim o la Ópera de Sidney.
Conocido es también el afán que Varela demostró desde que asumió el cargo de conselleiro porque el proyecto calase entre la ciudadanía. Para dar pie a este «enamoramiento» —tal y como lo describió el líder de Cultura en una entrevista concedida hace unos meses a ABC— la apertura del edificio estará acompañada de un completo programa de actividades culturales, entre las que se incluyen exposiciones, seminarios internacionales e intervenciones artísticas de primer nivel. Algunas de ellas ya han sido desveladas. Es el caso de la muestra «Ex libris» que desde hace un par de semanas se puede contemplar previa cita a través de la web o de la exposición fotográfica de Candida Höfer, «Espacios sonoros» que será uno de los puntos fuertes de las actividades para el nuevo año.
Y se levantó la polémica
Las reacciones de la oposición a la noticia cultural del día no se hicieron esperar. Los primeros en posicionarse fueron los socialistas, quienes a través de su portavoz parlamentario, Xaquín Fernández Leiceaga, admitieron que la apertura de los nuevos edificios supone «un punto de luz» para la Comunidad, aunque «falta por ver el final». Los beneficios económicos que la inauguración del complejo tendrá a nivel económico también fueron reconocidos por las filas del PSdeG, desde donde se argumentó que en el contexto de crisis actual es preciso aprovechar el potencial de atracción para los visitantes, «con el fin de paliar el coste de recursos que supone para los gallegos».
Desde el BNG, por su parte, indicaron que su grupo desconoce el papel que va a jugar la biblioteca de la Ciudad de la Cultura, cuyo nombre ha suscitado de nuevo las críticas de los nacionalistas, que se siguen oponiendo a la retirada del adjetivo «nacional». Según Roberto Varela, este calificativo era redundante y sólo aportaba un matiz político a un lugar pensado para todos los gallegos.
Diez años después
Cuando en 1999 la Xunta de Galicia convocó el concurso internacional para decidir el nombre del arquitecto que finalmente se haría cargo de la obra, doce profesionales —españoles y extranjeros—presentaron sus proyectos. Entre ellos se contaron personalidades del ámbito arquitectónico como Ricardo Bofill, Manuel Gallego Jorreto, César Portela o Jean Nouvel. El estadounidense Eisenman fue el elegido por la singularidad conceptual de la construcción que presentó.