Deportes

Deportes

Blatter y Platini, el desprecio a España

Los dos se han definido siempre por su falta de respeto al fútbol español

Día 16/01/2011

Dios los cría y ellos se juntan. No se llevan bien, pero los dos saben que están condenados a entenderse si quieren mantener sus poltronas. Son un matrimonio de conveniencia que representa a demasiados poderes económicos que no desean revoluciones que muevan el «establishment». Tú en tu casa y yo en la mía, le dijo Joseph Blatter a Michael Platini cuando el francés, ambicioso sin límite, manejaba sus hilos para obtener apoyos y quitarle el sillón del fútbol mundial al suizo el 1 de junio de 2011, fecha de las presuntas «elecciones» a la presidencia de la FIFA. Tres veces consecutivas Balón de Oro, fue elegido presidente de la UEFA en 2007 y ya no le es suficiente. Blatter frenó el golpe con la mediación de Joao Havelange, el «eterno jefe» de la FIFA. El brasileño, que ejerció desde 1974 a 1998, le dejó el puesto al helvético para mantener una política continuista y lanzó un aviso al galo: «Joseph será reelegido en 2011 y Ricardo Teixeira le sucederá en 2015». Así se realizan las «elecciones». Blatter y Platini. Platini y Blatter. Tanto monta. Los dos se han definido siempre por su falta de respeto a España. El Balón de Oro a Messi es el remate.

Un menosprecio a nuestro fútbol que ha vivido capítulos constantes desde que el suizo tomó el mando de la FIFA en 1998. Un desprecio a nuestros clubes y jugadores que Platini confirmó desde que desbancó al enfermo Lennart Johansson de la UEFA hace cuatro años, en el congreso de Dusseldorf.

Raúl y el Buitre, tampoco

Los dos dirigentes concuerdan en esa minusvaloración del balompié rojigualda y en un capítulo muy rentable: su respeto genuflexo a las multinacionales que mantienen sus «chozas» con riquezas televisivas y patrocinios monopolísticos. No hay competencia de mercado.

Ese poder de las marcas ha sido otro punto fatídico en la consideración secundaria del fútbol español. Provocó la mayor vergüenza histórica cometida por la FIFA contra los profesionales españoles: Raúl González Blanco perdió el Balón de oro del año 2000, después de ganar la Copa de Europa en una temporada estelar, por la presión comercial que Blatter admitió para que Michael Owen (Liverpool) recibiera el galardón.

Una situación vergonzosa que España, el Real Madrid y Butragueño pagaron en otras dos ocasiones. El equipo mítico del continente cambió de marca comercial y el Buitre perdió dos Balones de Oro —quedó tercero— en 1986 y 1987 después de haberse hecho hasta las fotos. Ahora, la historia se repite. España conquistó la Copa del Mundo dos años después de adjudicarse la Eurocopa y ni siquiera este doblete, que solamente consiguió Alemania en el bienio 72-74, otorgó a los hombres de Vicente del Bosque el Balón áureo. Suizo de nacimiento, alemán de idioma, Blatter sabe que Alemania no habría aceptado que el premio de 1990 no se le diera a Matthaus tras conquistar aquel Mundial. El presidente mantuvo la norma y en 1998 se coronó a Zidane, ganador de la Copa del Mundo 1998. Y en 2002 a Ronaldo, triunfador del Mundial de Corea y Japón. Y en 2006 a Cannavaro, que levantó la copa para Italia. Todos los campeones del mundo tuvieron este reconocimiento. Menos España.

El Madrid es «extranjero»

La decisión no es casualidad. El primer directivo del balompié universal nunca valoró el potencial de nuestro fútbol. Cuando el Real Madrid triunfó en las Copas de Europa de 1998, 2000 y 2002, manifestó el amor que nos profesa: «El Real Madrid gana gracias a los jugadores extranjeros (Mijatovic, Figo, Zidane, Ronaldo, Roberto Carlos)». No «existían» Raúl, ni Casillas. Como ahora no «existieron» Xavi e Iniesta.

Esa falta de respeto también fue una constante de Platini desde que ascendió al poder de la UEFA en las elecciones de Dusseldorf 2007. ABC fue testigo de aquel golpe de timón al fútbol europeo. El francés desbancó al enfermo Lennart Johansson con promesas de revolucionar la UEFA. Se quiso congraciar con países que, como el suyo, no tienen una Liga fuerte y recibió los votos de las federaciones humildes. Aventuró que pondría límites de precios a los traspasos y a los emolumentos de los jugadores. Precisó que reformaría las Copas de Europa para dar más plazas a los modestos. A la hora de la verdad no hubo más puestos para los pobres. Eso sí, no dejó de criticar a los clubes españoles por realizar «derroches» en fichajes. Claro, los equipos franceses no pueden competir en ese aspecto.

Al final, su dirección se quedó en una política de andar por casa que tuvo su provincianismo más patético cuando el Olympique de Marsella denunció a la Policía española y al Atlético de Madrid por las supuestas agresiones sufridas por el ultra Santos Mirasierra, un energúmeno que Platini nunca tendría en casa para cuidar a su prole. Fiel a los argumentos del presidente del Olympique, la UEFA de Platini sancionó al Atlético con un partido a puerta cerrada en Liga de Campeones(frente al PSV, 2-0) y con la amenaza latente de aplicarle otro encuentro de clausura si los «hechos» se reiteran. El colmo de aquella parcialidad «provenzal» sucedió cuando se multó al club español por gritos racistas. El cántico era «Kun, Kun», en honor de Agüero. Los jugadores negros del Marsella manifestaron que les cantaban como si fueran monos. «Kun». La UEFA tocó fondo.

Platini se la juega a Blatter

El francés no pierde oportunidad de apuntarse goles mediáticos y su última jugada de despacho se asemeja a sus regates con la elástica de la Juventus. Observador de la tropelía cometida contra Xavi e Iniesta, Platini le ha metido un gol a su «amigo» Blatter. «La UEFA creará un premio al mejor jugador europeo del año». Así se las gastan los dirigentes. Juntos, pero no revueltos.

Lo que más importa a los dos es mantenerse en sus cargos y, en el caso del galo, ascender al reinado de la FIFA. Tendrá que esperar. Quizá para siempre. Porque Havelange, a sus 95 años, todavía manda. Quien intenta pujar por el puesto de su lugarteniente helvético recibe una advertencia del brasileño. Si ya frenó al francés —«Teixeira será el sucesor»—, también ha parado los pies al coreano Chung Mong Joon, el vicepresidente del máximo organismo internacional del fútbol. Joao le envió una carta y el surcorerano se echó para atrás. La misiva era clarita: Corea del sur recibió el Mundial 2002, junto a Japón, y todos sabemos cómo se conceden estas organizaciones. «No por ser rico será presidente, le mandé una carta para que no se entrometiera». El aviso de destapar secretos surtió efecto inmediato.

Havelange definió perfectamente el poder fáctico de la FIFA: «Con Blatter completaremos cuarenta años con la misma política —veinticuatro con el brasileño y diecisiete con el suizo— y llegaremos hasta los cincuenta (con Teixeira)». Hay una frase que resumió su control absoluto: «En el fondo, Blatter es también Brasil». Y luego nos hablan de comicios. Y de votaciones para conceder Mundiales a Brasil (¡cáspita!), Rusia y Qatar.

Y eso que el directivo suizo da argumentos para quitarle el sillón. Después de conceder a Qatar el Mundial 2022, aterrizó en Abu Dhabi y soltó este pase: «Los homosexuales deberían abstenerse de mantener relaciones sexuales durante el campeonato». Su petición de ayuno monacal quería evitar que en 2022 se produzcan escándalos y detenciones, dado que este país tiene leyes muy duras contra los homosexuales. Menos mal que él ya no estará en el cargo.

Búsquedas relacionadas
  • Compartir
  • mas
  • Imprimir
publicidad
Consulta toda la programación de TV programacion de TV La Guía TV

Comentarios:

Sigue abcdesevilla en...

Lo ?ltimo...

Copyright © ABC Periódico Electrónico S.L.U.