LUIS M. ONTOSO
MADRID
El horizonte de las nuevas pruebas de resistencia, más rigurosas que las del pasado julio, ha obligado a las cajas de ahorros con menor nivel de solvencia a soltar el lastre de las las llamadas inversiones no estratégicas, aquéllas desligadas del negocio financiero. CatalunyaCaixa, una de las que suspendieron los test de estrés por su manifiesta vulnerabilidad ante un escenario económico negativo, dio ayer un nuevo paso en esa carrera desesperada por recuperar el equilibrio financiero. La entidad vendió en el mercado el 1,6% que controlaba en Repsol, una operación que le reportará 448 millones de euros y la nada desdeñable mejora de 32 puntos básicos en su solvencia.
¿Por qué la venta se produce en este momento, justo cuando, poco a poco, los accionistas de la la petrolera confirman el interés de la india Essar en hacerse con un 5% de Repsol? Para la entidad catalana, la respuesta es sencilla y está desprovista de relación alguna con los rumores que circulan estos días en el mercado: la ocasión era la idónea. Según CatalunyaCaixa señaló en un comunicado, la operación se efectuó al máximo valor de la acción (22,56 euros por título) desde hace dos años y medio, lo que refuerza una desinversión que le supondrá plusvalías por 186 millones.
El deterioro de activos de la segunda caja catalana, fruto de la fusión de Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa, se situaba en los 6.152 millones de euros, según pusieron de relieve las pruebas de resistencia. Y apenas contaba con un margen de explotación de 989 millones.
Esta nueva desinversión se suma a la efectuada en el pasado mes de septiembre del 50% de su grupo asegurador. La entidad aún conserva un 1,62% de Gas Natural Fenosa, pero se descarta que vaya a desprenderse de esos títulos a corto plazo, ya que actualmente perdería dinero por el deterioro de la cotización de la compañía de Salvador Gabarró.
Más presencia de La Caixa
La entidad UBS, encargada de la colocación, explicó en una nota remitida a la Comisión Nacional de Valores el procedimiento que siguió para lanzar al mercado la totalidad de la participación de Repinves, sociedad a través de la cual CatalunyaCaixa y Criteria —el holding de participadas de La Caixa— gestionaban el 5,02% de Repsol, valorado en 1.383 millones, con una participación del mencionado 1,6% y del 3,4%, respectivamente.
Y es en este punto cuando entra en escena uno de los «pesos pesados» en el consejo de administración de la petrolera, La Caixa. La entidad presidida por Isidro Fainé recompró la parte que ya gestionaba por medio de Repinves, el equivalente a 41,1 millones de títulos. De este modo, Criteria se hace con el control directo del paquete accionarial —la participación anterior se consideraba indirecta— y se convierte con un 12,97%, con un valor de 3.501 millones, en el segundo mayor accionista de la compañía. Sólo superado por Sacyr, con un 20% de su capital. El 19,8 millones de acciones restantes procedentes de Repinves fueron adquiridas por los inversores del mercado.
Repsol interpretó el refuerzo de la presencia de La Caixa como un indicativo del «compromiso» de la entidad y su «confianza en la gestión». Un cumplido que, complacida, recogió Criteria, que se definió como muy «cómoda» en la compañía presidida por Antonio Brufau y dispuesta a «seguir siendo accionista», al margen de que se puedan producir compraventas parciales, según recogió Ep. Hace un año, La Caixa declaró una participación del 11,82%, tanto en la junta general de accionistas como al término del tercer trimestre fiscal. Comparado con el porcentaje actual, el aumento de su porción accionarial supone 315 millones.
