Cameron sacrifica a su jefe de prensa por espiar cuando dirigía un tabloide
Andy Coulson, forzado a dimitir por unas escuchas ilegales a famosos en su etapa en el «News of the World»
Antes de que el problema le estallara en la cara, David Cameron aceptó ayer la dimisión de su jefe de prensa, Andy Coulson, cuestionado por escuchas telefónicas a famosos realizadas por el semanario «News of the World» cuando él lo dirigía. Aunque de momento no se ha demostrado su implicación, el cerco se estaba cerrando, haciendo insostenible su labor como jefe de Comunicación de Downing Street. «Cuando un portavoz necesita un portavoz, es tiempo de irse», dijo ayer Coulson.
Cameron tuvo palabras de elogio para quien le ha hecho de jefe de prensa en los últimos tres años y medio, y manifestó respetar el criterio de Coulson acerca de que su caso «está demostrando ser una distracción para el Gobierno», así como una fuerte presión sobre él y sobre su familia.
En otras circunstancias, la dimisión de una persona tan clave en el equipo del primer ministro podría abrir vías de agua en el Gobierno, pero la marcha del periodista apenas va a zarandear a Cameron. La dimisión se produce en un momento políticamente descargado, con la legislatura aún poniéndose en marcha y además por un asunto previo que nada tiene que ver con el liderazgo «tory» o la gestión del Ejecutivo.
D Pero por si acaso, para evitar demasiado impacto en la prensa, Cameron y su jefe de prensa eligieron un día lleno de otras noticias políticas. Aunque al parecer Coulson presentó su dimisión el miércoles, ésta no se hizo pública hasta ayer, cuando los medios estaban centrados en el abandono del «número dos» laborista, Alan Johnson, debido a que su mujer ha mantenido relaciones con su guardaespaldas, y en la comparecencia de Tony Blair ante la comisión que investiga la preparación de la guerra de Irak, en la que el ex primer ministro recibió un abucheo final de familiares de soldados muertos. Coulson, de 43 años, dejó en enero de 2007 la dirección de «News of the World» (la versión dominical del diario «The Sun», con casi tres millones de ejemplares vendidos cada domingo), el día en que Clive Goodman, responsable de la información sobre la Familia Real, fue condenado a cuatro meses por conspirar para la realización de escuchas ilegales, entre ellas la interceptación de mensajes de
móvil del Príncipe Guillermo. A seis meses fue condenado el detective privado Glenn Mulcaire, que era quien se encargaba de ejecutar las escuchas.
Como director del periódico, Coulson asumió la responsabilidad moral última y presentó su renuncia, a pesar de que no había tenido conocimiento de esa operación, según aseguró. Negó que la serie de exclusivas que se habían logrado bajo su dirección, relacionadas con diversos famosos, como el futbolista David Beckham y el entrenador Sven-Goran Eriksson, por las que Coulson recibió un premio en 2005, tuvieran origen en procedimientos irregulares.
Cuando en mayo de 2007 una investigación de la Comisión de Quejas contra la Prensa exculpó al ex director, Cameron lo fichó como jefe de comunicación. Pero el caso siguió coleando y Coulson fue interrogado como testigo en noviembre. Nuevamente todo pareció acabar en nada cuando en diciembre la Fiscalía estableció que no iban a presentarse nuevos cargos por la falta de pruebas. La insistencia de la campaña de «The Guardian», que mantiene una guerra con News Corporation, permitió que una denuncia de la actriz Sienna Miller haya supuesto este enero la suspensión de uno de los jefes de «News of the World», Ian Edmondson, cuyo jefe inmediato había sido Coulson.
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