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Sevilla 1990

Cuando Fraga renunció a las «tutelas y tutías» sobre Aznar...

Hace 21 años la capital hispalense acogió, quizás, el Congreso más importante de la historia del PP

ABC

josé cejudo

A finales de marzo de 1990 presidía la Junta de Andalucía José Rodríguez de la Borbolla; Juan Guerra, ¿recuerdan?, prestaba declaración en los juzgados sobre la trama de sus negocios y Doñana copaba la atención informativa por la presencia de pesticidas peligrosos en los arrozales del entorno del parqu e . En Sevilla, 3.000 compromisarios del Partido Popular se daban cita para participar en el X Congreso Nacional, cónclave que ha pasado a la historia por el relevo que Manuel Fraga dio a José María Aznar al frente de la formación, y en el que el primero rompió a la vista de todos los compromisarios la carta de dimisión por anticipado, al grito de «Ni tutelas, ni tutías» .

Ahora, 21 años después, un dirigente socialista en horas bajas, José Antonio Griñán, está al frente del Gobierno andaluz; su antecesor, Manuel Chaves, se encuentra en el ojo del huracán por el caso Matsa; Doñana sigue en el candelero en varios frentes informativos, y la capital hispalense vuelve a ser escenario de otro acontecimiento político de primera magnitud, la Convención Nacional del PP, en la que se espera que el actual líder de la formación, Mariano Rajoy , salga catapultado hacia el Palacio de La Moncloa y Javier Arenas, que por entonces trabajaba en el «aparato» del partido en la calle Génova de Madrid, ponga rumbo a la Presidencia de la Junta.

Con el lema «Centrados con la libertad», durante el Congreso se debatieron ponencias políticas, bajo la dirección del secretario general, Francisco Álvarez Cascos, y estatutarias, coordinadas por Federico Trillo. En un ambiente de euforia contenida, con un Partido Socialista «tocado» por el caso de Juan Guerra , destapado por este periódico, entre el viernes 30 de marzo y el domingo 1 de abril de 1990, el PP celebró un cónclave, el décimo de su historia, en el que José María Aznar tomó las riendas de una organización que nació con el nombre de Alianza Popular, y en el que se consumó el relevo generacional. Dos meses antes, Manuel Fraga había sido elegido presidente de la Xunta de Galicia .

Durante el Congreso, Francisco Álvarez Cascos vio ampliados sus poderes en la Secretaría General. Otros nombres que adquirieron un gran protagonismo en esa etapa fueron Juan José Lucas, Arturo Moreno, Mariano Rajoy, Alberto Ruiz Gallardón, Soledad Becerril, Isabel Tocino o Celia Villalobos , estas dos últimas futuras ministras.

Aznar y su equipo lograron más del 96 por ciento de los votos del Congreso. La dirección del PP decidió desestimar la propuesta de creación de un comité anticorrupción en contra del tráfico de influencias en los cargos públicos dentro de los órganos del partido, y consideró que estas funciones podían ser asumidas por la comisión de conflictos y disciplina.

El, en esos momentos, portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rodrigo Rato, manifestó durante la exposición del informe de actuación del partido en la cámara Baja que el PP no era la oposición sino la alternativa.

Mensaje en el que insistió Aznar tras la clausura. El ya presidente nacional (Fraga fue nombrado presidente fundador) afirmó que esa la etapa que se iniciaba en Sevilla sería la definitiva en la proyección de su proyecto. El nuevo líder del PP propuso otro estilo de hacer política y lanzó un decálogo de propuestas en clave de futuro Gobierno.

Así, abogó por hacer de España una nación plural, por recuperar la ilusión colectiva, el crédito de las instituciones y defendió un Estado eficaz. José María Aznar asumió el compromiso de su partido con la construcción europea, apostó por la moderación y por una política de desarrollo económico. Finalmente, se mostró a favor de contar con una sociedad solidaria y con una sociedad que no necesita «ser salvada ni tutelada».

Y hablando de tutelas, para la historia quedó la imagen de Manuel Fraga haciendo pedazos la carta de dimisión sin fecha que le entregó Aznar para que el presidente fundador hiciera efectivo el cese cuando lo considera oportuno. La carta decía así:

«Querido D. Manuel. Quiero comunicarle por medio de estas líneas mi dimisión como Presidente del Partido Popular . Siempre he procurado ejercer mi responsabilidad anteponiendo a cualquier otra consideración el interés del Partido, por encima de todo, lo mejor para la sociedad española. Al tomar esta decisión estoy convencido de hacerlo una vez más. No tengo palabras para agradecer tantas muestras de afecto, apoyo y consideración como he recibido de usted y que tan sinceramente agradezco. Reciba el reconocimiento y afecto junto con un fuerte abrazo de su amigo José María Aznar».

En un momento del discurso que Fraga pronunció en la recta final del Congreso, hizo referencia al escrito de Aznar, que rompió delante de todos los compromisarios al grito de «Ni tutelas ni tutías», mientras todos los presentes aplaudían puestos en pie .

Después se supo que el escrito, roto en pedazos, fue recogido por Álvarez Cascos, que lo recompuso y guardó. El mismo que los lectores de ABC pudieron ver en marzo del pasado año en el suplemento D7.

La nueva Ejecutiva salida del cónclave se despidió de Sevilla con una comida en el restaurante Río Grande, donde en el mes de abril del pasado año volvieron a reunirse la mayoría de los protagonistas del ágape para conmemorar aquella importante cita . Aznar, en calidad de presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), pronunció un discurso en que que subrayó: «Debemos estar siempre alerta, no restar nunca valor a la honradez y no tolerar nunca ni minimizar la corrupción».

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