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CARTAS AL DIRECTOR

Día 09/02/2011

¿Pacto del Gobierno?

Ante las elecciones de mayo, Batasuna monta su número de siempre y se encuentra con los acompañantes de siempre: afines a su ideología descacharrante y oportunistas que ven en ello una fórmula para anunciar lo más ansiado, la eliminación definitiva del terrorismo. Lo malo es que nada hay en el anuncio de Batasuna que sugiera tal cosa. Por el contrario, todo discurre en pos de lograr dinero legal para sostener el tinglado etarra. Además, ni siquiera condenan la historia sangrienta de la banda. Hablan de renegar del futuro. De risa. Mientras tanto, ETA es parte de ese futuro. Una burla, en definitiva.

Parece claro que Mayor Oreja acierta de nuevo en sus previsiones. Se trata de arañar votos con un anuncio imposible. ¿Está todo pactado? La respuesta apunta afirmativamente.

JOSÉ LUIS CARRERAS BARBERO

ALCALÁ DE HENARES

Vencer a ETA

El éxito notable de la manifestación por las víctimas del terrorismo celebrada en Madrid debería eliminar el ansia de Rodríguez Zapatero por lograr el fin de ETA «como sea», aunque sea negociando con el entramado terrorista. Esta concentración es un éxito, pues se ha organizado en poco tiempo y con pocos medios, sin los sindicatos de clase ni otros agitadores profesionales. Esta riada de víctimas en la calle Serrano muestra por enésima vez que el Gobierno de Zapatero —tutelado por Rubalcaba, el del «caso Faisán»— no es capaz de sintonizar con la calle, que proclama: «A ETA no se la convence, sino que se la vence».

M. ESTER APARICIO

MADRID

Defensa de los cristianos

Desde hace algún tiempo venimos recibiendo noticias de violencia contra las minorías cristianas en diferentes países, en los que han perdido la vida un número considerable de personas y otras han sufrido heridas de consideración. He de aclarar que cuando se habla de cristianos hemos de incluir a todos los que siguen la doctrina de Jesucristo, sean o no católicos. Resulta extraño que países que se autoproclaman democráticos —España, Portugal, Irlanda— a la hora de condenar la violencia se paren a pensar si les conviene que se discrimine dependiendo de quiénes la están padeciendo, como puede haber ocurrido en la reunión de ministros de Exteriores de la UE, al oponerse a firmar un comunicado que condenaba la violencia contra los cristianos.

Recuerdo cómo recientemente se llevó a la ONU una resolución para abolir la pena de muerte en los ordenamientos jurídicos de los países miembros, que demuestra la sensibilidad social ante la condena a muerte de una persona y pone de manifiesto el respeto por la vida humana.

Estas reacciones tienen su apoyo jurídico —no son subjetivismos más o menos sentimentales— en la declaración de Derechos Humanos, que en su artículo tercero dice: «Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona».

Me preocupa la posición de nuestra ministra de Asuntos Exteriores, supongo que siguiendo las directrices del Gobierno, ante un caso tan claro de violación de los Derechos Humanos, en todo lo que en el artículo tres se proclama, se oponga a condenar la violencia. Se habla mucho de democracia, de libertad y de derechos, pero a la hora de la verdad, la libertad, el derecho a la vida y la seguridad personal, hay que pasarlas por el tamiz ideológico y de la política, con lo que se quedan en meros enunciados, sometidos al «pasteleo» al que nos tiene acostumbrados el «politiqueo».

Señora ministra, supongo que conoce un principio básico: defender la libertad y los derechos de los demás es defender su libertad y sus derechos.

FERNANDO VILLAR MOLINA

MADRID

El disparo de la contaminación

Una prestigiosa tienda de telas de paseo de Gracia de Barcelona ha optado por colocar en uno de sus escaparates «una modelo con mascarilla anticontaminación», alertando así al ciudadano del peligro que corre nuestra salud por la elevada tasa de dióxido de carbono que se respira en nuestra ciudad, muy superior a la admitida por la normativa europea, sin que los gobiernos ponga medidas al respecto. Más bien al contrario, han pedido una moratoria a la UE para incumplir dichas normas y se excusan en tomar decisiones absurdas que no sirven para nada.

PEPE CORTÉS LEÓN

BARCELONA

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