V.M.
Herrera, González de Canales y Valverde, entre otros, ayer en el acto
Cuando un millar de personas se planta en el Salón Liceo del Real Círculo de la Amistad para arropar la alternativa de un trofeo taurino hay algo más que un mero gesto de cortesía en los tiempos que corren para la tauromaquia. La sociedad propietaria del coso cordobés vistió anoche de gala su nuevo galardón con un auditorio repleto de aficionados y seguidores también del periodista Carlos Herrera, estrella mediática de Onda Cero y articulista de ABC, que ofició de padrino junto a la directora de los Museos Municipales de Córdoba, Mercedes Valverde.
El trofeo, que recoge la impronta de los cinco califas además del escudo de la ciudad en un cordobán realizado en plata por el taller de cuero Meryan, aspira a enaltecer a la figura que triunfe en las plazas de primera categoría del escalafón en cada temporada. Pero sobre todo, como bien dijo anoche el crítico taurino Rafael De la Haba, busca una «reafirmación» del peso «apabullante» de la historia del toreo en Córdoba, busca un sitio en el orbe taurino en unos tiempos en los que anda «adormilada». Y si no hay figura del toro que hoy coloque a Córdoba en lo más alto, puede que un modesto trofeo ayude a acercar esa historia al presente taurino.
Cine inédito del XIX
Jalonados por las instantáneas de los cinco grandes del toreo califal (Lagartijo, Guerra, Machaquito, Manolete y El Cordobés, quien finalmente no pudo asistir al acto por enfermedad) en el escenario del Salón Liceo, tanto Mercedes Valverde como Carlos Herrera pusieron palabras de oro a una historia donde las más diversas artes, desde el cine a la escultura, la pintura o la publicidad, inmortalizaron la semblanza de los Califas del Toreo, como desgranó con minuciosidad Valverde en la conferencia que abrió el acto. Una charla que ofreció imágenes inéditas de cine, cinco meses después de que los hermanos Lumière lo inventaran, de una corrida en Nimes con la presencia de Guerrita. Imágenes de finales del siglo XIX de un alto valor que se hallaban en Nueva York.
Por su parte, Herrera puso el acento en la significación de Manolete y El Cordobés como diestros que cambiaron el toreo moderno, amén de resaltar en esta línea el papel del sanluqueño Paco Ojeda hace algunas décadas.
De Manolete subrayó el estoicismo y «heroicismo» de un torero con mucha personalidad y para una época como la posguerra, «una España con hambre que tenía a Manolete». De Manuel Benítez, el periodista almeriense destacó que fue un torero que «cambió por completo el negocio, ayudando a sus compañeros, domesticando a los ganaderos y empresarios y representando también a una época como los 60 con los cambios que se avecinaban».
