El día que conocí a Sam Keller, entonces director de la feria Art Basel, me dijo que de España le gustaba mucho «una revista pequeña y cuadrada, visualmente muy impactante». La descripción era inconfundible: solo Neo2 tenía esas características y además contaba con una insólita proyección internacional. Ahora cumple 100 números haciendo un repaso a su Historia, después de haber recibido en 2009 el premio Graphis Design Annual Gold Award. Una publicación independiente que tira ya 60.000 ejemplares.
Javier Abio y Ramón Fana se conocieron en una agencia de publicidad en la que trabajaban juntos, Javier como diseñador gráfico y Ramón como redactor. A ellos se sumó Rubén Manrique que les conoció trabajando en una campaña para Cortefiel. De ahí surgió una amistad, el compartir un estudio, que en 1994 dio paso a la fundación del espacio creativo Ipsum Planet que un día decidió hacer un fanzine llamado Neomania. Manrique recuerda esa época: «Por aquel entonces, nos gustaban las revistas inglesas como ID y The Face, que estaba diseñada por Neville Brody y tenía además unos contenidos muy potentes, así que pensamos que en España no había nada parecido y por qué no debíamos intentar hacerlo. Pero claro, los medios que teníamos eran mínimos y tampoco sabíamos muy bien cómo se hacía una revista».
División de poderes
Al ser tres las personas las que codirigen la revista, cada uno de ellos se encarga de una serie de contenidos: «Esa división surgió mucho tiempo después de fundar la publicación. Al principio hacíamos todos de todo. Poco a poco, cada uno nos fuimos decantando hacia una materia hasta que llegamos a esta división en la que yo hago arte, Ramón se dedica a la moda, y Javier al diseño y la arquitectura. Algunas personas más como Tere Vaquerizo llevan la música y Pedro Pan, la gastronomía, hoteles...». Su lector es un público ávido de información de cosas nuevas: «Al principio teníamos una horquilla de edad entre 20 y 30 años, pero nuestros lectores han crecido, aunque mantienen esa misma curiosidad por todo lo nuevo que se produce en el mundo. También sabemos que la gente que nos sigue son profesionales que están muy relacionados con los temas que tratamos, siempre del mundo creativo, y también muchos estudiantes de este tipo de materias».
La trayectoria de la revista dio un salto importante en cantidad y tamaño el día que la publicidad descubre este «medio nicho» seguido y reverenciado por la población más interesada en las nuevas tendencias, un público definitivamente target de las grandes marcas de ropa casual, los nuevos gadgets tecnológicos y las zapatillas de deporte: «Todo lo que ha pasado en la revista no ha sido cien por cien premeditado; siempre una cosa nos ha llevado a otra, como la evolución de la revista de un fanzine pequeño y a dos tintas a ser a color y después de mayor tamaño. Llegó un momento en que nos “profesionalizamos”, es decir, que decidimos que queríamos vivir de ello. Ese fue también el momento en que la hicimos mensual y contratamos gente para llevar el tema comercial, de modo que pudiésemos ganar dinero haciendo lo que hacíamos, que hasta entonces había sido por amor al arte».
Su línea editorial la distingue muy bien de otras publicaciones ya desde el kiosco: «Lo importante para nosotros es captar, dentro de las disciplinas creativas que tratamos, siempre las cosas más frescas, que no quiere decir siempre lo más radical. A nosotros, el epatar por epatar, en otras palabras, “el caca, pedo, culo, pis” no nos interesa. Lo que intentamos sacar son historias con un fondo contundente; nada es gratuito. Todo lo medimos a partir de la creatividad: los temas sociales o políticos no se reflejan en la revista de manera directa, porque lo que nos mueve es la creatividad, lo que no quita que haya muchos contenidos, de arte o diseño, por ejemplo, que tocan esas cuestiones, pero eso no nos impide tratar también temas muy frívolos».
Portadas para la Historia
La estética es evidentemente el hilo conductor de la revista: «El material gráfico para nosotros es crucial. Hay temas muy buenos que hemos dejado de publicar porque no tenían imágenes potentes que lo apoyasen». Después de dieciséis años juntos, los tres miembros de la dirección de Neo2 se conocen muy bien, hasta el punto de que apenas surgen discusiones a la hora de decidir los contenidos. Incluso están orgullosos de coincidir en las mismas portadas de esta su trayectoria: «Hubo una que hicimos con Nike en el número 25 que tenía un “lenticular”, esas imágenes que dependiendo del ángulo que la veas cambia ¡En su día fue la bomba! Otra portada importante fue la del número 95, con ron Brugal, que tenía una pequeña pantalla de vídeo, que hasta nos sacaron en alguna televisión y fue un éxito total».