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Tejero a lo Paco

Día 26/02/2011

Mientras la firma Elena Miró desfilaba en el off Milán (porque el on Milán prescindió de sus tallas grandes), Penélope Cruz exhibía sus formas de maggiorataen vaqueros. Las chicas rotundas de Elena Miró desfilaban en la Escuola Militare Teuliè evocando la feminidad de las legendarias curvas de Silvana Pampanini o Sophia Loren y Penélope desfilaba por la puerta de las oficinas en Los Ángeles del productor Jerry Bruckheimer. Ahora esperamos que aparezca del brazo de Javier Bardem en el teatro Kodak, en la ceremonia de los Oscar. Y con un vestido apretado que, visto lo visto, se puede permitir. Si lleva o no lleva una faja Soras para parecerse más a las italianas de los 50, pues no lo sabemos (además, solo es Soras si lleva la marca Soras, que diría la publicidad). Porque esto de las tallas grandes está muy bien para hacer pedagogía pero quienes viven de su imagen tienen que estar delgadas, aunque hayan parido hace un mes. Ahí están también Paz Vega o Hedi Klum. Porque algunas, después de parir, parece que se sometieran a una preparación exprés para los Juegos Olímpicos. Deberían escribir un diario a lo Murakami: «De qué hablo cuando hablo del postparto».

Todo esto pasaba el 23-F, tanto el desfile como la visita de Pe a Bruckheimer. Y también ese día salió el «Diez Minutos» con la noticia de que Espartaco visita en Arizona a una maestra Reiki de nombre Zeffi Kefala. Una señora de origen griego que vive en Sedona, meca espiritual de sanadores, psíquicos, espiritistas y extraterrestres (es que, al parecer, utilizan la zona como portal). Ah, también hay ángeles. En 1950 la belleza del lugar atrajo a Max Ernst. Pero el mayor surrealismo es el torero de Espartinas yendo a conectarse con el universo en la tierra roja de Arizona. Claro, que lo mismo ha ido de turismo, que allí hay hoteles de capricho. Con extraterrestres o sin ellos. Pero, vamos, entre Jesulín yendo a «Más que baile» y Espartaco yendo a Sedona a que le impongan las manos no hay color. Me quedo con «Espartacus: Reiki y arena». Es sorprendente lo que han evolucionado los toreros (no es el caso de Jesulín). El yoga empieza a ser el refugio de la crisis femenina de la mediana edad. A ver si el Reiki lo va a ser de la crisis de la mediana edad de los toreros. Bueno, más le valdría a John Galliano darse al Reiki también, que necesita calmarse.

Pero se me ha ido el 23-F, que ha dado mucho de sí, con Tejero tomando el sol en La Palma y siendo objeto de deseo de los paparazzi. Como Piqué y Shakira. Antes ya lo habían pillado en el metro. Tiene mérito. Yo le cedo el asiento a ese señor mayor y ni me entero de quién es. Sin tricornio no lo conozco. El otro día vi a Pitingo y como ya no se peina con petardos no caí en que era él. El caso es que me he acordado de Alan Alda en «Delitos y faltas» cuando decía pedantemente aquello de que tragedia era comedia más tiempo. Treinta años después del 23-F, en Telecinco han hecho un documental pop sobre el asunto, con papel pintado de tanques ribeteando a los protagonistas. Y lo que es más grande, Paco Tous es Tejero en «23-F. La película». El Paco de «Los hombres de Paco». Tejero a lo Paco, como en el anuncio del Carrefour. Qué cantidad de años son treinta años. Que me fui a la hemeroteca de ABC a ver qué ponían en la tele el 23 de febrero de 1981 pero me tendría que haber ido a la hemeroteca de la Hoja del Lunes. Se me había olvidado que no había periódicos los lunes. De actores españoles nominados al Oscar o de toreros dándole al Reiki ni hablamos.

POR ROSA BELMONTE

MADRID

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