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ANDALUCÍA IMPARABLE

LOS IDUS DE FEBRERO

FRANCISCO ROBLES

Andalucía vuelva a caer en aquella vieja dicotomía de la España real y la España oficial. Las agujas del reloj que marca las horas del Régimen han cambiando de sentido como si eso pudiera conseguir lo imposible: que el tiempo regrese al momento que inevitablemente pasó. Los que han hecho de la autonomía un negocio creen que es factible regresar al 28 de febrero de 1980. El mismo Griñán ha cometido ese error en su discurso vacuo y desleído, más vacío que el fondo de reptiles después de un buen ERE. Lean el papelito que han colgado en la web donde la Junta hace lo único que sabe: propaganda. No aparece ni la más mínima mención al problema que más preocupa en el PSOE, en la Junta, en el conglomerado del Régimen. Ni una sola palabra, que diría Paulina Rubio.

Cuando lo ignoran, por algo será. Les da miedo mentar la bicha, ese reptil que también cobraría del fondo donde se acumulan lagartos y lagartas, cocodrilos que pasaron de la ética descamisada a la estética de Lacoste, caimanes de colmillos afilados y bolsillos que no son de cristal, como dijo un veterano socialista para denunciar a un compañero del partido que aún sigue en pie: ahí están las hemerotecas. No era plan de sacar la bicha en un día dedicado al autobombo, a la complacencia que hasta ahora le había servido al poder para narcotizar al pueblo. Pero ahora ya no cuela.

A Griñán no le preocupa la ética que ha carcomido, por su ausencia, los cimientos del socialismo andaluz. Tampoco le quita el sueño esa estética de conseguidores untuosos y untados que enlaza el siglo XXI con la picaresca del XVI. Lo único que le quita el sueño al sucesor de Chaves es la estadística. Las encuestas lo llevan directamente a una derrota que va confirmándose mes a mes, sondeo a sondeo. Los idus de marzo que despreció Julio César justo antes de ser asesinado en las escaleras del Senado se han convertido en los idus de este febrero que ha puesto en la picota al Régimen andaluz.

Sostiene Griñán en el vacío metafísico de su discurso que Andalucía está a la vanguardia de Europa. Eso no se lo cree ni el asesor que se lo ha escrito. Aquellos idus de febrero que marcaban la eternidad del Régimen en las encuestas que le daban mayorías inalcanzables para la oposición se han convertido en lo contrario. La sombra del ocaso ha entrado en los salones restaurados de San Telmo. El palacio es hoy más barroco que nunca. Puro desengaño. Los muros del soneto de Quevedo, si un tiempo fuertes, ya desmoronándose… Los empresarios con los que firmaba la paz social a cambio de jugosos dividendos ya no están. Los sindicatos han enmudecido con tanto ERE y tanto intruso. “Cuídate de los idus de febrero”. Griñán no tiene la talla política de Julio César: Pepe cree que es superior al emperador, faltaría más. Pero siempre hay alguien acechando en las escaleras del Senado o en los rincones de San Telmo…

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