Cuando llegó la dueña de Las Dueñas el gentío agolpado en las puertas del Teatro Quintero le gritaba guapa. No me hacía falta verlo in situ porque ya sabía a quien piropeaban, que fue muy guapa y lo es más por dentro: La duquesa de Alba que, parafraseando al maestro Jesús Quintero en su presentación, «es más de Sevilla que de Alba». El día era cuanto menos emotivo. Anoche se estrenó el espectáculo de baile flamenco «Cayetana, su pasión» de la bailaora Cecilia Gómez y producido por su propia compañía en homenaje a la más Grande de España. La Señora no podía ir mejor acompañada. Cuatro de sus hijos la flanqueaban—el duque de Huéscar, el conde de Salvatierra y la duquesa de Montoro—. Y me dirá
usted que la cuenta le suman tres y es que a quien quiere como tal, Francisco Rivera «Paquirri», salió también a recibirle hasta acompañarle a su asiento. Claro, él jugaba en casa. No se olvide que hace un cuarto de hora abrí esta casapuerta para hacerles la crónica del fin de fiesta del torero presentador en el exitoso programa del Loco «El Sol, la sal, el son» —ya me ha dicho un pajarito que va a repetir otra temporada en los carteles del Quintero—. Allí estaban algunos amigos de Cayetana Alba, pero eché en falta algunas caras. Los que no faltaron fueron los marqueses de Benamejí, Carmen Cobo o los diseñadores Victorio & Lucchino, autores del vestuario de este espectáculo. Por cierto, enhorabuena a los dos. Me decía José Víctor Rodríguez que habían trabajado en este dos meses con más de cuarenta trajes y que uno de ellos
tenía 1.200 botones. Supongo que sería para rematar porque no sé qué santo barón abrocharía y desabrocharía uno a uno entre col y col. Al terminar el espectáculo —del que buena cuenta dará mi compañera Marta Carrasco mañana que de esto sabe un pasón— Cecilia, acompañada del bailaor Antonio Canales —que formaba parte del plantel de artistas sobre el escenario—, subió hasta el sitio de Cayetana, la de verdad, a entregarle un ramo de rosas blancas que, al estar sentado justo abajo, pude inmortalizar para usted hoy. El espectáculo en el que estuvieron presentes el Baile, el Toro, la Pintura, el Flamenco o la Semana Santa sintetizaban la vida de esta gran señora cuya verdadera pasión no es otra que la propia vida y la libertad sobre todas las cosas.
