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Columnas / FUERA DE MICRÓFONO

Y en esto llegó Botín

¿Qué dirán mañana gentes tan principales como estas a Rajoy, al que las encuestas colocan en la silla de Zapatero?

Día 28/03/2011

COMO un comandante del capitalismo del siglo XXI, como fiel epítome de los tiempos que nos toca vivir; como un señor al que el apellido desborda, saca de los números y porcentajes, Emilio Botín se enfunda un terno gris con corbata y tirantes rojos, se presenta en La Moncloa y manda parar debates en los que amigos ciertos y ciertos amigos tratan del futuro de Zapatero. Señores, sean serios, pónganse a trabajar y dejen ya la vaina de la sucesión de alguien que ya está sucedido, les dice. No me escandaliza esta función tan española en la que los actores se sientan en la platea y el público, distinguido y poderoso, el dueño del dinero, hace la representación. No deseo el mal a los bancos, unas instituciones necesarias para quien tiene dinero y molestas para quien lo busca y necesita. Los que entienden me dicen que el país camina bien si sus bancos son prósperos y viceversa. Miren cómo están las Cajas y algunos bancos, piensen en la marca España, y no discutamos más. Las cosas son como parecen. Y Botín, también. Leo que el banquero más importante de España habla a Zapatero como si fuera un viejo socialista: Mira, José Luis, déjate de menudencias, dedícate a gobernar.

El sábado pasado Zapatero cambió Ferraz por La Moncloa, y se dispuso a hacer una suerte de Ejecutiva en la que cambió a los Barreda, Caldera, López Aguilar o Fernández Vara por los Botín, Villar-Mir, Rafael del Pino o Borja Prado. O sea, que los actores que están fuera del libreto hacen de protagonistas mientras los actores de verdad, los que votamos, preparan una paella a la familia. No te desgastes ZP; no te distraigas, no te dejes enredar, corta esto de la sucesión, que huele a muerto, y no convoques elecciones anticipadas. Pero, ¿y a Rajoy? ¿Qué dirán mañana gentes tan principales como estas al que las encuestas colocan en la silla de Zapatero? Lo mismo, pero al revés, ¿no les parece? La banca, que siempre gana.

Un mundo instalado en la sorpresa y el sobresalto nos ha vacunado a todos con una dosis de letargo y modorra que se llama costumbre. No desprecio la opinión de los que mandan —¿o es que mandan en el Congreso?—. Pido delicadeza. Que se les note menos. Y que a Zapatero se le note más que lo han puesto los españoles ahí. No sé qué habrá pensando usted al verlos en la foto, ahí sentados junto al presidente. Al contemplarlos pensé: y yo a estos señores, ¿cuándo los he votado? ¿O es que es la opinión de Botín la que vale y no la de Barreda, por poner un ejemplo?

Un amigo me regala el último libro de Jorge Edwards, La muerte de Montaigne. Es el señor de la Montaña en el que me invita a concluir este artículo con una reflexión magistral: Es más fácil triunfar que vivir. Y el que pueda entender, que entienda.

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