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Patarroyo da un paso clave para la creación de vacunas sintéticas

El científico colombiano muestra una teoría que aún debe demostrarse

N. RAMÍREZ DE CASTRO

MADRID

Hace 24 años, el colombiano Manuel Patarroyo desarrolló la primera vacuna contra la malaria. No era perfecta, pero era la única. Hoy vuelve al primer plano informativo con el anuncio de una nueva fórmula que, según dice, le permitirá fabricar vacunas para enfermedades infecciosas sin tratamiento preventivo. «Tenemos las reglas del juego para cubrir prácticamente las 517 enfermedades infecciosas», aseguró ayer tras publicar en una revista científica una revisión de sus trabajos en el campo de las vacunas sintéticas. Aún tiene que demostrar que funciona en pacientes, pero es un paso hacia el hallazgo de fármacos preventivos más estables.

El principio de las vacunas tradicionales es introducir patógenos atenuados para que el sistema inmune pueda producir anticuerpos y esté preparado para luchar contra la infección. Este sistema es válido, siempre y cuando el agente infeccioso no mute o cambie como ocurre con el parásito de la malaria o con el virus de la gripe, que obliga a fabricar nuevos fármacos cada temporada. Las vacunas sintéticas o de origen químico permitirían proteger a la población sin miedo a que cambien los virus o generen resistencias.

Las vacunas químicas resolverán esos problemas. Y el equipo de Patarroyo ha seguido esa vía que suma el conocimiento del genoma y de la biología sintética, utilizando como modelo la malaria. Primero reconocieron las proteínas que el parásito de la malaria utiliza para pegarse a las células que va a infectar y después averiguaron su estructura química. Posteriormente crearon proteínas sintéticas e idénticas a las de las partes del patógeno capaz de adherirse a esas células.

Los hallazgos se pueden extrapolar a otras enfermedades infecciosas. Desde la hepatitis C, al dengue, pasando por la tuberculosis o la lepra y así hasta medio millar de infecciones.

Precaución y cautela

El hallazgo de Patarroyo se ha presentado con un gran revuelo mediático y expectación, como casi todos sus anuncios. Pero ese mismo entusiasmo no se trasladó ayer a la comunidad científica. «Que nadie se piense que va a haber una única vacuna contra 500 enfermedades. Eso no es posible, ni teórica ni técnicamente. Bastaría con que funcionara contra la malaria», explicó Vicente Larraga, director del Centro de Investigaciones Biológicas. Larraga defiende el trabajo «serio de Patarroyo» y la biología sintética como «un campo de futuro» que aún debe demostrarse en pacientes.

Joan Guinovart, director del IRB de Barcelona, pide «prudencia, prudencia, prudencia». «Es una posible fórmula de fabricar vacunas..., si llegara a funcionar. La única forma de saberlo es probarlo en personas y para eso aún tendremos que esperar entre 10 y 15 años».

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