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Antonio Banderas, pregonero de la Semana Santa malagueña

El actor, acompañado por su mujer, Melanie Griffith, y su hija Stella del Carmen, disfruta de su tierra en vísperas de la fiesta

Día 11/04/2011 - 11.26h

El actor malagueño Antonio Banderas portó ayer la imagen de un crucificado, la del Santísimo Cristo de la Sangre, directamente sobre su hombro por una de las calles del centro histórico de Málaga en una procesión previa a la Semana Santa que ha dado lugar a una imagen inédita del artista.

Banderas, que pronunció anoche el pregón de la Semana Santa malagueña en la que participa activamente desde hace años, iba situado en primer lugar entre los portadores de esta imagen y ha recorrido el primer tramo en el traslado del crucificado y María Santísima de Consolación y Lágrimas, titulares de la cofradía conocida como de La Sangre, entre el numeroso público congregado. El actor, vestido con traje oscuro, cumplió así con la tradición de que el pregonero de la Semana Santa acuda al traslado del Cristo de la Sangre desde la Parroquia de San Juan hasta la casa hermandad de la cofradía, aunque él participó en la salida desde la iglesia y los primeros momentos del recorrido.

Banderas volverá a participar el próximo domingo en la Semana Santa de Málaga, y será para dirigir como mayordomo un trono de su cofradía, el de la Virgen de Lágrimas y Favores, para la que contribuyó a escribir la letra de una marcha en su honor.

El orgullo de las raíces

El actor exaltó sus raíces en el pregón de la Semana Santa de su Málaga natal, reflexionando sobre el necesario compromiso altruista de las hermandades, las emociones que se viven al paso de las procesiones y el poder aglutinador de esta tradición, que no entiende de clases.

Ante un abarrotado Teatro Cervantes, José Antonio Domínguez Bandera -nombre real del actor-, leyó un pregón envuelto en las historias de seis personajes, con los que recorre apasionados momentos de la Semana Santa y evoca las sensaciones que produce en quienes participan en ella.

Así, en su relato, un sueño durante un vuelo de Nueva York a Los Ángeles (Estados Unidos) traslada a Banderas a Málaga, una ciudad que huele a incienso y azahar, y a mar templado, a la que acude a "fundirse" con su gente y a ocultarse tras un capirote, con el que disfruta del anonimato.

Allí asiste como testigo a las vivencias de Don Amadeo, un viudo; Gregorio, un hombre de trono que ha trabajado de repartidor de gas butano, pintor, y cocinero; Pablo, un niño que toca el bombo; Carmen, una mujer que sale de promesa acompañando al Cautivo; Vaquerito, un cantaor atrapado en la bebida y Lola, una mujer ciega. Con ellos evoca la esperanza, la entrega al silencio de la Málaga "ruidosa y parlanchina" al escuchar una saeta, los 'crujiditos' del trono de la Virgen del Rocío, el olor a la cera quemada y la fragancia del manto de la Virgen de las Penas, o las torrijas y chocolate caliente que, como manda la tradición, cierran la noche.

"Orgulloso de ser parte de esta tierra", Banderas señaló que "se ha repetido una y mil veces que un hombre sin raíces no es nada" y ensalzó "la alegría contagiosa" de la ciudad en la que nació y el "éxtasis exuberante" de la Semana Santa malagueña.

Aunque el pregón se centró "en los que viven la Semana Santa de forma callada", Banderas ha aprovechado para hacer un llamamiento para que "esta marea de 65.000 almas", en alusión a los cofrades, "se active todavía más en el terreno del altruismo y del pensamiento más puramente cristiano". Y puso como ejemplo de "cofrade solidaria" a Lola, "comprometida con su tiempo y con el mundo violento e injusto en el que le ha tocado vivir", y que "se enfada cuando de vez en cuando oye decir que las cofradías no son ONGs".

También destacó el poder aglutinador de la Semana Santa, que "genera amistad que queda soldada para siempre a los hierros del varal", en la que no hay "galones, ni medallas, ni clases" y se mezclan el dueño de un estanco con un concejal, un mecánico, un abogado, un cargador de bombonas de butano y un actor de Hollywood.

El pregonero también reivindicó la Semana Santa como una industria, que "da de comer a miles de familias", como artesanos, restauradores y floristas, y ha resaltado el beneficio que supone para una economía basada en el turismo y los servicios.

El apoyo de sus mujeres

Antonio Banderas ha contado entre el público con el apoyo de su esposa, Melanie Griffith, su hija Stella del Carmen, así como su madre y su hermana, además de algunos representantes de la política, entre ellos el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.

Hijo Predilecto de Málaga (2001) y de la Provincia (2005), Banderas obtuvo la medalla de oro de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas (2004) y la medalla de oro al mérito de las Bellas artes (2008), fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Málaga (2010) y pregonero de la Feria de Málaga (2000).

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