Manuel H. de León
El bailaor Amador Rojas durante el pase gráfico de su espectáculo «Mandala»
El bailaor Amador Rojas aúna la tradición y la vanguardia flamenca en su último espectáculo, 'Mandala', donde el autor repasa "las distintas formas y colores de ver el día".
El Teatro Arteria de Madrid acogerá este espectáculo desde este martes hasta el próximo 1 de mayo.
Rojas nació en la localidad sevillana de Los Palacios. Desde los siete años, y de manos del Maestro Farruco, comenzó su formación como bailaor dentro del mundo flamenco. Hasta hoy, el artista ha compartido escenario con grandes nombres como la familia Montoya, Manuela Carrasco, Juana Amaya o Antonio Canales.
Según ha explicado el artista este martes en la presentación del espectáculo, el título 'Mandala' viene de una palabra hindú que significa "círculo sagrado", la ceremonia, el inicio y el final de la vida. Una forma de mostrar el "respeto" hacia todo lo flamenco, sin olvidar las raíces, pero tampoco las nuevas creaciones artísticas.
Con este montaje, quiere recordar al público lo que significa el flamenco "primitivo" para llegar al flamenco de hoy y volver así "al flamenco de siempre". "Para dar la vuelta a todo hay que partir del mismo sitio", explica el bailaor. Su manera de entender y aprender el flamenco fue, según confiesa, "con los cantaores antiguos". "Mi manera de entender el baile fue esa". Por ello, para Rojas es más fácil entenderse con un músico que con un coreógrafo.
Esto es, precisamente, lo que el público verá en directo: "el punto mágico entre la danza y el músico". "Para mí los distintos palos del flamenco son distintas formas de expresarse", indica. A su juicio, eso es algo que se pierde hoy en día un poco, porque parece que "da igual la emoción que manifieste en palo en sí".
Soleá, alegrías, tangos y farruca
El bailaor ha de bailar piezas y palos con los que se sienta cómodo y que sepa llevar a cabo manejando bien el ritmo, explica Rojas, porque "la manera de expresar con el movimiento es usando bien los copases".
En este espectáculo, el bailaor mostrará al espectador los lugares donde mejor se siente él: la soleá, la farruca, los tangos y las alegrías. Para Rojas, el flamenco "no nace de sí mismo", sino de la información de todas las culturas a través de las que ha pasado, "al igual que el gitano, que es una mezcla de todo eso". Ahí, destaca, es donde reside la "pureza" de este arte.
A pesar de ser considerado un bailaor contemporáneo, el artista huye de esa etiqueta y matiza que aunque el espectador pueda serlo, él es "bailarín de flamenco". En este sentido, añade: "El flamenco es contemporáneo en sí, no hace falta rellenarlo con otros conceptos".
