Física (envuelta en un sugerente traje color caramelo de cuero viejo con troquelados en beige), química (con Din Viesel, en la ficción, of course) y mucha adrenalina (a todo gas), Elsa Pataky se ha forjado una piel de roca en la película «Fast & Furious 5», que se estrena el viernes. De la inocente y tierna Ninette que conquistara a un señor de Murcia en París, y que encarnó bajo la dirección de José Luis Garci, donde nació una estrella, pasa ahora a la acción en una electrizante superproducción norteamericana donde ella interpreta a una policía honesta, Elena, la única no corrupta de un enjambre dominado por un mafioso en Río de Janeiro [Joaquin de Almeida, al que un gran crítico le define como el «Figo del cine»].
Pataky está entre dos fuegos, y conecta con el corazón de un chico traviesillo —Vin Diesel— que le salva la vida. ¿Retrata la película el transfondo de la corrupción policial en Brasil? Elsa/Elena cree que sí: «Conocí a una policía de verdad, como la que ha inspirado mi papel, una mujer muy atractiva, rubia, que es capitana, que lleva las favelas y me contaba lo difícil de trabajar entre la corrupción. Hay policías buenos y los policías malos». ¿Sueña Ninette con triunfar en los Oscar? «Ni lo pienso», confiesa, mientras arranca su ducatti, y compite con su marido, Chris Hemsworth, protagonista de «Thor», que también se estrena el viernes, por ver quién de los dos ha hecho más entrevistas durante el día. Una especie de Madrid-Barça/Mourinho-Guardiola, en versión Elsa/Chris. «Amo la adrenalina», fulmina la tentación dorada.