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El Lebrijano rescata «el arca perdida» del flamenco

Presentó «La Boda», una grabación de su fiesta nupcial con la Niña de los Peines y Mairena. Al acto acudió Estrella Morente

El Lebrijano rescata «el arca perdida» del flamenco ESTEFANÍA GONZÁLEZ

ALBERTO GARCÍA REYES

Juan Peña y Charo Cortés se casaron en su pueblo, Lebrija, a mediados de los sesenta. Y aquella boda, que ha corrido de boca en boca entre los aficionados al flamenco durante todos estos años, salió del «arca perdida» de lo jondo anoche en la Fundación Cruzcampo. El Lebrijano ha logrado publicar la grabación de la fiesta que se celebró en su casa y en la que intervinieron su madrina nupcial, Pastora Pavón, la Niña de los Peines, y su padrino, Antonio Mairena. El propio Juan y sus dos maestros se pegaron un homenaje por bulerías, con la guitarra de su hermano Pedro Peña y las apariciones esporádicas de Pepe Pinto, que fue recogido con un aparato grabador importado de América que llevaban dos jóvenes periodistas: Romualdo Molina y Alfonso Eduardo Pérez Orozco. Aquella cinta, conservada en algún arcón perdido, ha vuelto a ver la luz ahora gracias al empeño del Lebrijano por demostrar que sus orígenes fueron los mejores posibles. «Hay mucha gente que dice que el Lebrijano se ha salido del flamenco. ¿No me voy a salir? ¿Acaso voy a cantar yo mejor que esos dos? En la vida. Por eso tuve que buscar otras cosas, porque cantando lo que cantaban ellos yo no valgo un duro», explicaba anoche el maestro sevillano, que estuvo acompañado por la cantaora Estrella Morente, pues su padre, Enrique, escribió un texto para el disco poco antes de morir en el que señala que en esa grabación en directo está la piedra filosofal del cante. El propio Lebrijano recordó ayer su conversación con Morente para este asunto: «Él se enteró de que existía la grabación y me la pidió para que Estrella pudiera escuchar a la Niña de los Peines en un directo. Se la mandé y a los pocos días me llamó y me preguntó, “Juan, ¿dónde está el secreto?”».

La calidad de la grabación es alta pese a que el aparato tuvo un problema con la pila. Y la voz de la Niña de los Peines, que probablemente quedó ahí registrada por última vez, se mantenía aún intacta. «Para cantar bien hay que volver ahí o estamos perdidos», recalcó El Lebrijano mientras lanzaba una indirecta a la Junta: «Si se da el premio Niña de los Peines —se refería al galardón de ese nombre— yo creo que tengo alguna papeleta». La foto de la portada, posando con veinte años entre Pastora y Mairena en la puerta del bar Pinto de La Campana, basta para disipar cualquier duda.

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