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La impotencia de Cristiano es el mayor ataque a 'Mou

Día 28/04/2011 - 20.25h

La impotencia mostrada por Cristiano Ronaldo a lo largo del partido de ‘Champions’ ante el Barça, sus gestos y reproches a los compañeros y sus manifestaciones en la zona mixta, donde confesó que no está a gusto en un sistema tan defensivo, agudizan el debate futbolístico del que escapa Mourinho, más amigo de buscar teorías conspirativas y coartadas a la hora de explicar las derrotas. Si el gran referente blanco, intocable para su paisano ‘Mou’, es tan explícito, hay señales inequívocas de que algo no funciona.

Tras entrar en la rueda de críticas al alemán Sterk por la expulsión a Pepe y minimizar la actuación de Messi al enfatizar que contra diez siempre es más fácil, el astro portugués entró al capote de unos periodistas catalanes. ¿A un jugador tan ofensivo como tú le agrada el juego que practica tu equipo? “No me gusta, pero me tengo que adaptar porque esto es lo que hay”, respondió Cristiano, sin ambages. Una declaración relegada a un segundo plano en el fragor de la batalla pero que envuelve un problema.

Lectura más profunda

El lío arbitral no puede esconder una lectura más profunda, ni evitar extraer conclusiones de un sistema mediocre, decepcionante para su público. Los críticos reprochan a Mourinho haber puesto en liza un equipo encogido y raquítico, refugiado en su campo y sin vigor en su juego. Le acusan de desaprovechar a una plantilla que podría jugar mucho mejor con futbolistas como Özil, Di María, Cristiano y Xabi Alonso en el once titular. ”El Madrid jamás ha salido a empatar a cero en casa en un partido de ida de ‘Champions?”, reflexionaba un símbolo blanco, como Fernando Morientes, bien entrada la madrugada. Un sentimiento que no exteriorizan pero a buen seguro comparten Florentino Pérez y sus fieles Jorge Valdano y Emilio Butragueño.

Como mínimo, al Madrid se le exigía percutir, medir el estado físico y anímico de un rival bajo de defensas, con Puyol como improvisado lateral izquierdo y recién salido de una lesión, y Mascherano de central. El centro del campo azulgrana también se encontraba bajo mínimos porque Iniesta es mucho Andrés. Keita estuvo perfecto en el corte, sobre todo por arriba, pero no es lo mismo. Se aseguraba la víspera que el Barça estaba con menos chispa y más cansado, porque Guardiola ha rotado menos, que le faltaban rapidez y profundidad, y que llegaba con miedo al Bernabéu, pero estas premisas no se pudieron demostrar porque el Madrid se limitó a esperar como si fuera un choque de vuelta al que se presentaba con ventaja.

En un primer análisis de los tres clásicos disputados y, a pesar de la Copa levantada en Mestalla, se puede colegir que Mourinho jugó con fuego al utilizar a Pepe como arma secreta. Con el sobreexcitado jugador portugués en el campo siempre existe un riesgo de poderte quedar con diez. Le sobra fuerza, potencia, resistencia y arrojo, pero le faltan cabeza y capacidad para medir sus acciones. Jugar con Pepe y con Lass en el centro del campo es renunciar al balón. Granero y mucho más Canales o Pedro León, no son jugadores fiables en el catecismo del técnico portugués.

Otra crítica se centra en la prueba del ‘9’. Tenía a Higuaín y Benzema recuperados, contaba con Adebayor, reclamado en el mercado de invierno porque le faltaba un delantero en su plantilla, y resulta que ‘Mou’ no pone a ninguno en momentos decisivos de la temporada. Y cuando recurre al togolés lo hace para buscarle a base de pelotazos. Cristiano se vio solo y juró en hebreo cuando comprobó que era el único que salía a la presión. Tras su tercera carrera frenética sin encontrar seguidores, comenzaron sus aspavientos a los compañeros.

Según dijo Mourinho, su plan, abortado por la roja a Pepe, consistía en aguantar sin goles y recurrir a Kaká para los últimos veinte minutos. ¿Es lógico que el segundo futbolista más caro de la historia sea suplente sin estar lastimado y después de su exhibición en Valencia? El técnico tiene la respuesta pero elude este tipo de argumentos. Özil, una de las sensaciones de la temporada, fue relegado en el descanso. Sin balón, el turco-alemán es un marciano en el campo. Pero, por encima de todo, lo que más se critica a ‘Mou’ es que de la eliminatoria por imposible y hable de milagros. Puede ser una simple estrategia pero por algo parecido a Schuster se le dio boleto.

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