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CaixaBank echa a andar y marca el paso al sector

La asamblea de La Caixa aprueba la reorganización del grupo y su conversión en un banco

À. G.

El segundo nacimiento de La Caixa. La entidad de ahorros catalana, la primera de España en volumen, dio ayer un paso decisivo con el «ok» de la asamblea general a su mutación en banco, marcando además el paso en la transformación del mapa financiero español. Sin sobresaltos, la asamblea de la entidad que preside Isidro Fainé acordó traspasar su negocio bancario a Criteria CaixaCorp, que pasará a ser un grupo bancario bajo el nombre de CaixaBank, mientras que la sociedad de participadas Criteria trasladará parte de sus participaciones industriales a una nueva entidad que dependerá de La Caixa. Como señaló ayer Fainé, la transformación aprobada es un hito comparable a la propia fundación de la caja hace más de un siglo (1904), o la adquisición hace más de dos décadas de Caixa de Barcelona, lo que marcó el inicio de la expansión de la entidad.

Con la reorganización adoptada, La Caixa preserva lo que ayer de manera insistente se definió como su «modelo», y donde la obra social sigue contando con un peso determinante, con una inversión sostenida de 500 millones en los últimos años.

De partida, La Caixa controlará un 81,1% del nuevo banco —el resto queda en manos de los accionistas minoritarios de Criteria—, si bien es intención de la entidad ir reduciendo su participación.

«Calidad de activos»

Además del negocio bancario, CaixaBank asume también las participaciones en banca internacional, el negocio asegurador así como los paquetes accionariales en Telefónica (5%) y Repsol (13%), con unas plusvalías latentes por unos 3.000 millones. El resto de participaciones industriales del grupo —Abertis (25%), Gas Natural (36%), Agbar (44,1%)...— así como el negocio inmobiliario (Servihabitat, entre otros) seguirán dependiendo directamente de La Caixa a partir de la creación de un «holding» no cotizado.

CaixaBank nace con un valor contable de 20.300 millones y un «core capital» del 10,9%, según criterios de Basilea II y por encima del 8% según Basilea III. Para el director general, Juan Maria Nin, la nueva entidad nace con unos «excelentes niveles de solvencia, liquidez y calidad de activos». Además de la reorganización del grupo, la asamblea de la entidad también aprobó el informe de gestión y las cuentas de 2010, cerradas con un beneficio de 1.307 millones (un 13,4% menos) como consecuencia de las dotaciones, que alcanzaron los 2.651 millones.

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