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La encuesta capital

El sondeo de ABC demuestra que el cambio en Andalucía ya ha apuntalado sus ocho pilares

Día 16/05/2011 - 07.16h

Cuando Teófila Martínez llegó a Cádiz, el PSOE se pegó un pellejazo del que no se ha vuelto a recuperar. En Huelva, con Pedro Rodríguez, los socialistas choqueros se chocaron y permanecen dormidos desde entonces. Y lo mismo les ocurrió en Almería con la irrupción de Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, que ni teniendo un apellido imposible de colocar en los titulares de los periódicos se ha venido abajo en las encuestas. El PSOE de Málaga perdió la capital cuando apareció Francisco de la Torre y ahora vive de mantener la Diputación, aunque haciendo grandes esfuerzos por perderla gracias a su presidente, Salvador Pendón, aquél que fue expedientado por la Guardia Civil —Corcuera no está solo— porque quiso obligar a uno a cuadrarse ante él. Y en Granada, Torres Hurtado conquistó la Alhambra para que la izquierda se convirtiera en un Boabdil que llora como oposición lo que no supo defender como Gobierno. La cuestión es que los socialistas sólo han podido mantener Sevilla y Jaén, pero en ambos casos con la llave de IU, mientras que apenas sirvieron de bastón a los comunistas en Córdoba. A lo sumo han logrado defender Dos Hermanas, gracias al paraíso que Toscano siempre ha tenido en la oposición, y Jerez, que va a terminar el mandato en la bancarrota.

Pero ya ni eso les va a quedar. La encuesta realizada por Ikerfel para ABC es la radiografía de un descalabro brutal del único partido que nos ha gobernado a los andaluces desde que podemos votar. El PP lograría por primera vez en su historia mayorías absolutas en Sevilla y Jaén, mantendría con la misma holgura que hasta ahora las capitales que ya gobierna y mandaría a IU al ostracismo en Córdoba. Todas las capitales de las provincias andaluzas estarían en manos de los Populares para certificar que en el ámbito urbano el socialismo ha tirado por la borda definitivamente su antañona hegemonía. Ya sólo le queda el hálito del mundo rural. Y la propaganda que tanto rédito electoral le ha dado en los últimos 30 años. Las encuestas dicen lo que dicen y los socialistas han decidido tirarse al fango a la desesperada para difundir soflamas de urgencia como que en los barrios atribuidos a la clase conservadora la gente se levanta a los once o que el PP es el legado de aquella derecha rancia que es mejor no recordar. El mensaje burdo que el PSOE está colocando en sus mítines está completamente trasnochado en los entornos urbanos y en el partido lo saben, pero ya no tienen tiempo de dar la vuelta a los sondeos. Así que la estrategia elegida ha sido la de los manuales socialistas de los ochenta porque los lemas de entonces siguen funcionando en determinadas zonas agrícolas y a estas alturas hay que hacer lo que sea para mantener esos cimientos electorales. Queda menos de un año para las autonómicas. Y si los ocho pilares del cambio no pueden derribarse a tenor de lo que dice la encuesta capital de ABC, la única opción de seguir gobernando pasa por algo que el PSOE hace como nadie: ponerle puertas al campo.

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