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La guerra de los fármacos estalla en el SAS

El plan de la Junta para una subasta de medicamentos rompe los acuerdos con los farmacéuticos

La guerra de los fármacos estalla en el SAS AP

j. morillo

La idea de la Junta de Andalucía de poner en marcha una subasta de medicamentos y así hacerse con aquel que le resulte más barato como medida para ahorrar, ahora que la crisis se hace más intensa, ha caído como un jarro de agua fría en el sector farmacéutico . Y de hecho ya ha provocado la ruptura entre dos partes condenadas a entenderse: la Consejería de Salud y los empresarios de farmacia.

Hasta tal punto se han enquistado las posturas (por la negativa de los farmacéuticos a apoyarlo) que, de hecho, la primera consecuencia ha sido que el SAS haya roto el convenio que tenía con las empresas de farmacias desde hace varios años. A partir de ahora se abre un período con muchas incógnitas ya que la intención de Salud de aplazar aún más los pagos (hasta ahora pagaba al sector en un plazo de 41 días) puede tener sus consecuencias. Sin ir más lejos, los boticarios han alertado de que si tardan más en pagarles y tienen problemas de liquidez, aunque ellos estén obligados a seguir llevando a cabo la prestación y dispensando medicamentos, peligra el suministro .

En el fondo subyace un agrio enfrentamiento entre dos posturas que, pese a meses de negociación, no han conseguido ponerse de acuerdo. La Junta quiere a toda costa implantar el nuevo modelo pero los farmacéuticos se niegan, dicen que es ilegal y de momento amenazan con irse incluso a los tribunales.

La intención no es extraña ya que la reducción del déficit público, a instancias de la U E y asumida por el Gobierno, se ha convertido en una obsesión para todas las administraciones, incluida la Junta de Andalucía. Se mira con lupa toda materia susceptible de ahorro y aunque la reducción del gasto corriente brille por su ausencia en los presupuestos andaluces de 2011—sube un 0,9 por ciento—el recorte es palpable en inversiones. Y el gasto sanitario no es ajeno a estos recortes ya que supone el 31 por ciento del presupuesto. En consecuencia, el gasto sanitario lo redujo la Junta este año en un 5 por ciento mientras que el farmacéutico cayó en un 5,6.

Pero ¿en qué consiste esa subasta de medicamentos? La verdad es que ni siquiera la Junta de Andalucía parece tenerlo todavía claro porque no hay precedentes en otras comunidades. Todo es un proyecto al que, según la Consejería de Salud, están intentando dar un soporte normativo los juristas de la Junta. Y tampoco pueden cuantificar el ahorro que supondrá porque todavía está por ver. En cualquier caso, la idea es que Salud saque a concurso público entre las diferentes compañías el suministro de los principios activos de los fármacos . Por ejemplo el omeoprazol que adjudicará a aquella que que ofrezca la mejor oferta valorando no sólo el precio sino todas las condiciones. En este caso, según los empresarios, hay 57 laboratorios que lo fabrican y sólo en Andalucía se dispensaron el pasado año 4.440.000 envases de esas cápsulas que sirven como protector de estómago. Sin embargo, ese sistema excluirá de la comunidad al resto de marcas que ofrecen ese medicamentos a pesar de estar los productos de esos laboratorios incluidos en el listado que financia el Sistema Nacional del Salud.

Esta subasta estaba incluida en el borrador del convenio que iba a dar lugar al « Plan de Estabilidad para la Farmacia Andaluza », que rechazó el Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos y que ahora Salud pretende imponer con el objetivo de «mejorar la calidad de la prescripción y la eficacia en la compra de medicamentos». La consejera de Salud, María Jesús Montero , justificaba este plan en que así la ciudadanía seguirá «recibiendo los mismos medicamentos que se dispensan en la actualidad pero con un coste más competitivo para las arcas públicas».

Sin embargo, desde el sector farmacéutico han acogido la medida con mucho recelo. De entrada, entienden que se rompe la unidad de mercado, se invaden competencias del Estado y suponen una «clara discriminación» a los pacientes andaluces. Así lo cree Farmaindustria, que entiende que los andaluces «pueden ver excluidos de la prestación farmacéutica medicamentos que cumplen todos los requisitos legales para recibir financiación pública y que están financiados en el resto de comunidades».

A ello hay que sumar las «graves consecuencias» para las compañías cuyos productos queden « excluidos de la prescripción y la dispensación en Andalucía », siendo literalmente, «expulsados del mercado», restringiendo la oferta de medicamentos en la región que están financiados por el SNS. Además, según el presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos, Manuel Arenas, hay laboratorios que pueden ganar el concurso por plantear la oferta más baja y que después no tengan la infraestructura suficiente como para abastecer a una región como Andalucía. Esto impediría, tal como sucede ahora, la práctica de los profesionales de facilitar al paciente el medicamento que consume de forma habitual , para evitarle el cambio de envases y presentaciones, incluso cuando el precio de este estaba por encima del abonado por el SAS.

El presidente de los Colegios Farmacéuticos también lamenta que se quiera poner sobre las espaldas de estos profesionales la reducción del gasto, cuando los recortes planteados por el Gobierno central

ya han supuesto un 17% de descenso de facturación para las farmacias. Las posturas parecen cada vez más lejanas.

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