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Columnas / AD LIBITUM

LOS DOBLETES

Ese afán de soplar y sorber a un mismo tiempo, los dobletes, no es una característica exclusiva del puño y la rosa

Día 25/05/2011

HASTA no hace mucho, a la vista de la obscena incapacidad de José Luis Rodríguez Zapatero, las intrigas barrocas de Alfredo Pérez Rubalcaba, las rectificaciones constantes y torpes de Elena Salgado, el vacío absoluto instalado en Manuel Chaves y los ridículos zancos con los que Carme Chacón trata de parecer más alta de lo que es en realidad, llegué a sospechar que José Blanco era un trasunto de El patito feode Hans Christian Andersen. Mientras los demás lucían sus oropeles políticos como cosa de mayor valor, el pluriempleado vicesecretario general del PSOE, entregado a la modestia del trabajo oculto y organizativo, parecía esforzarse denodadamente para rearmar un partido centenario que, si juzgamos por los síntomas presentes, lo único que tiene serio y en funcionamiento son sus votantes. Me equivoqué. Blanco es feo, pero no es patito. No es un cisne confundido de lugar y pendiente de la gran metamorfosis que le haga gran señor del lago socialista. Afanados en salvar sus

propios muebles, estos grandes nombres del PSOE, incluidos los barones regionales y los jefes de franquicias, se han entregado a un peligroso doblete, desempeñar dos o más papeles a un mismo tiempo, en el partido y en los gobiernos que les corresponden. Así va la representación.

D A Blanco se le ha ido el partido de las manos y, revestido con galas de titular de Fomento, tampoco parece tener bien sujeto al Ministerio. El fenómeno de la pluriactividad, tan profundamente español, no es de su exclusiva. Rubalcaba y Chacón, entregados al proceso sucesorio, también lucen esa habilidad tan peligrosa de hacer varias cosas al mismo tiempo, tal y como las acomete, con más elegancia y distanciamiento, José Bono, un tercero en discordia al que conviene mirar con atención porque, estelar o estrellado, no estará ajeno a los terremotos que con epicentro en la calle Ferraz de Madrid tambalearán la cúpula socialista tanto más cuanto mayor sea el instinto de conservación de los sucesores de Pablo Iglesias. Ese afán de soplar y sorber a un mismo tiempo, los dobletes, no es una característica exclusiva del puño y la rosa. Esas habas se cuecen en todos los pucheros y posiblemente, realzada por su incuestionable doble y meritorio éxito del 22-M, la gran maestra del género sea

María Dolores de Cospedal, que se dispone a presidir la comunidad de Castilla-La Mancha mientras, como secretaria general del PP, organiza pactos, sugiere maniobras, impulsa entendimientos y prepara unas próximas elecciones legislativas.

En la orquesta de nuestra vida pública —tan estéril, tan gastosa— los violines tienen doce cuerdas. Así suena el conjunto...

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