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«LA ESCRITURA O LA VIDA»

DARÍO VALCÁRCEL

«La Escritura o la Vida» es una de las obras centrales del siglo XX europeo. Al menos, esto declaraba Jean d'Ormesson, uno de los grandes escritores de la derecha francesa. Jorge Semprún, de vida azarosa y envidiable, podría pasar a la historia por varias razones. Pero su puesto depende, una vez más, de la palabra escrita. En «La Escritura o la Vida» Semprún explica cómo han sido sus años en el campo de concentración de Buchenwald. Describe en un párrafo seco y estremecedor cómo muere en sus brazos, deshidratado, un viejo comunista francés. Son 300 páginas al límite: tajantes, sin adjetivos. Estricta narración. Lean este libro.

Semprún lo escribió en francés y lo escribió como quien vomita un veneno. Joven partisano, cuenta cómo en campo abierto mata a dos soldados alemanes, desarmados, semidesnudos, que se lavan en un arroyo, en la Francia invadida. Uno de ellos canta en español, con acento alemán, sin entender posiblemente lo que dice: «Si a tu ventana llega una paloma».

Jorge Semprún era una encarnación de los valores europeos. Su fuerza y su ejemplaridad son inmensas. Fue un comunista de alta jerarquía, para convertirse de la noche a la mañana en un perseguido, un depurado del estalinismo y un debelador del partido único.

Si hubiera que elegir un motivo para ser inmortal, ese sería «La Escritura o la Vida». Si hay algo que nos hace creer en la inmortalidad de algunos, tal como predica entre los hindúes la secta virasaiva, es esa capacidad para plasmar una realidad y fijarla para siempre.

Este ministro de Juan Carlos I quiso ser enterrado con la bandera republicana en Biriatou, un pueblo de 80 vecinos en las estribaciones del Pirineo, junto al Bidasoa. Biriatou es territorio francés, la patria que acogió a Semprún y le dio su lengua de escritor. En francés está escrita «La Escritura o la Vida». Pero Biriatou mira a España, a los prados casi verticales de la Navarra vasca. La colocación de un poco de polvo en un pequeño espacio de tierra es un rito que conserva desde hace muchos miles de años su incuestionable valor.

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