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Querétaro

El sitio donde Butragueño le metió cuatro a Dinamarca es oficialmente la palabra más bonita del español

Día 19/06/2011 - 22.19h

En un programa de la televisión pública andaluza dedicado a la literatura, el presentador le preguntó al eximio lingüista Manuel Alvar poco antes de fallecer:

—Señor Alvar, ¿las palabras tienen alma?

Y el mayor experto que ha tenido nuestro idioma en el estudio de sus dialectos, se ofuscó. Después de toda una vida entregada a construir una sólida explicación sobre la influencia sustancial que en la evolución del español o de cualquier otro idioma tienen las personas que lo usan, y no las palabras en sí mismas, que son materia inerte, Alvar se sintió ofendido por aquella pregunta y le propinó al entrevistador algunos calificativos que le salieron precisamente del alma. Porque, tal vez sin pretenderlo, el profesor contestó a aquella pedantería con las formas, no con el fondo. Las palabras no tienen alma. Las personas son quienes la tienen. ¿Qué alma puede tener el vocablo himeneo, por ejemplo, si nadie lo usa y casi nadie sabe su significado? Boda es la palabra elegida por el pueblo para decir lo mismo. Y en algunas regiones —he aquí lo que Alvar analizó durante toda su vida, el habla distintiva de cada lugar por mor de las personas de esas comunidades— se le llama casamiento.

Cuento esta anécdota para reflexionar en torno a otra: la búsqueda de la palabra más bonita de nuestro idioma, que ha sido noticia en todos los medios de comunicación de los países hispano hablantes con motivo de la celebración del Día Mundial del Español que promovía el Instituto Cervantes. El premio ha sido para «querétaro», vocablo propuesto por el actor Gael García Bernal y que ha obtenido la mayoría de los votos realizados por 33.000 personas a través de internet. Al parecer, esta palabra significa «isla de las salamandras azules». Digo que es al parecer porque el Diccionario de la Real Academia no incluye este término. Es decir, hemos elegido como palabra más bonita del español una que oficialmente no existe. Querétaro es una ciudad de México que, hasta que España ganó el Mundial de fútbol en Sudáfrica, ha tenido mucho significado para los españoles aficionados al balompié. Porque allí se produjo uno de los grandes hitos de la Selección en los tiempos en los que para nosotros un hito era llegar hasta cuartos de final. En Querétaro, concretamente en el estadio «La Corregidora», le metió España cinco goles a la Dinamarca de Laudrup en los octavos de México'86. Cuatro de ellos los firmó Butragueño, alma de la citada palabra en este país.

Pero «querétaro» es la palabra más bonita del español en contra de lo que pensaba Alvar. Y un servidor está de acuerdo. Sobre todo después de escuchar a Vargas Llosa: «Para mí la palabra más bonita del español es la palabra libertad». En la España oficial e intervenida gana querétaro porque lo que se busca es la música de nuestra lengua. Las palabras grandes, ésas que no tienen alma ni melodía, sino significado, viven olvidadas desde hace mucho entre las hojas viejas del diccionario.

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