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Isabel Pantoja resurge de las cenizas de Julián Muñoz

Su aparición en el reality«Supervivientes» y el apoyo incondicional de su hijo la salvan del linchamiento mediático

Tras el abrazo a su hijo ante más de seis millones de espectadores, parece que en este país hay amnesia colectiva. Pocos se acuerdan de la Pantoja de Julián Muñoz y de la «Operación Malaya», que permanece estancada en los juzgados. Isabel Pantoja hizo lo que cualquier asesor de imagen le hubiera aconsejado hace tiempo: dar la cara, sonreír y enfrentarse a su peor enemigo.

La excusa fue la participación de Kiko Rivera en el reality «Supervivientes», aunque hubieran bastado muchas otras ocasiones para ganarse a la gente y, especialmente, a los que más la han vilipendiado desde los platós de las distintas cadenas privadas de televisión. Un disco, una serie, un aniversario, un homenaje… Pantoja tenía motivos suficientes para dar la cara y cerrar bocas. Pero no, le pudo su carácter y la influencia de los íntimos que la rodean y la aconsejan tan mal, poniéndola siempre en contra de los medios y enemistándola más aún con sus críticos, cuando lo inteligente hubiera sido llevárselos de calle, hablando con ellos y contrastando informaciones.

Salvada por Kiko

Al final, el hijo ha salvado a la madre del linchamiento mediático que padece desde que Julián Muñoz fue a la cárcel y ella se cerró en banda. Hasta ese día Isabel Pantoja cogía las llamadas, daba entrevistas, aclaraba dudas y confirmaba situaciones. Pero, entonces, rompió todos los vínculos y tan sólo mantuvo a su lado a dos o tres incondicionales que se partían la cara por ella en los platós, aunque, eso sí, llevándose también su caché a cambio de una encendida defensa. Ya se sabe lo que cuesta hacerse un perfil en las tertulias.

Pero eso es lo de menos. Lo importante es cómo Isabel Pantoja no ha sabido llevar las riendas de su popularidad y ha aguantado lo que pocos soportarían. Ahora todo ha cambiado. Se enfrentó a un cara a cara con Jorge Javier Vázquez, estuvo tranquila y cómoda, y hasta convenció a sus más fervientes opositores. Vázquez supo ganársela, actuó con gracia y hasta le puso la letra de sus canciones en la punta de la lengua para que entrara al trapo. Y vaya que entró.

Nueva estampa

Desde entonces hay un resurgir de la Pantoja que se completa con su baile descalza en la portada de «Hola», donde la han retratado en plena juerga flamenca. La revista no hace hincapié en la boda de Luis Rollán y su ya marido, Alejo, y sí en cómo se las gasta la tonadillera cuando se arranca y se suelta la melena. Una estampa que su gente y amigos ven muchas noches en su casa, pero que en las revistas no se suele reflejar. Sin los tacones, sin los focos del escenario, sin el photoshop que exige en las exclusivas, Isabel se muestra al natural y sale airosa en una semana que ha sido de las más hermosas de los últimos tiempos.

Más delgada, más guapa con algún que otro retoque de esos que ella se da bien en Barcelona bien en América, la cantante hasta sonríe en los aeropuertos. La prueba del algodón llegará cuando le pregunten por Julián Muñoz. Pero ahora no toca. Como tampoco enamorarse. Bastante escaldada ha salido de su última relación, de ahí que prefiera refugiarse en sus amigas y dejar los hombres para mejor ocasión.

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