Parte de la Fábrica de Artillería se puede poner en uso a un coste mínimo
Los expertos aseguran que se pueden utilizar dos de las salas grandes porque el edificio no presenta daños estructurales

El Ayuntamiento está decidido a sacar partido al patrimonio artístico de la ciudad y a ponerlo a disposición de la industria turística sevillana, pues la falta de dinero no es ya excusa para excluir a la Real Fábrica de Artillería de la lista de monumentos a utilizar. El edificio, del que hace un año se arrió la bandera de España, quedó en desuso después de que pasara al patrimonio de la ciudad tras ser desalojada por la Delegación de Defensa , que se instaló en los rehabilitados pabellones del Acuartelamiento de Monterrey, justo en la acera de enfrente también en la avenida de Eduardo Dato. La falta de fondos no es el problema para la puesta en valor de la Real Fábrica de Artillería y Pedro Mora Piris, experto conocedor del edificio, del que habla en varios de sus libros, como el titulado «La Real Fundición de Bronces de Sevilla» , lanza una propuesta al nuevo equipo municipal y directamente al alcalde, Juan Ignacio Zoido: poner en valor la Real Fábrica abriendo para usos culturales dos de sus salas que se encuentran en muy buen estado de conservación y sólo requieren de una inversión mínima para su acondicionamiento. Ello sin menoscabo de que se dé uso también a las oficinas ubicadas en la primera crujía que conforma la fachada de Eduardo Dato, ocupadas por los militares hasta hace un año lo que revela que también se encuentran en buen estado.
El anterior Gobierno municipal anunció a lo largo de los años diferentes proyectos para el edificio que ocupa 20.000 metros cuadrados, de los 18.000 están construidos y está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) . Sin embargo, todos fueron castillos en el aire y el valioso complejo arquitectónico carece de un proyecto de futuro, aunque sobre él los expertos han hecho numerosos estudios.
El reto que el coronel Mora Piris plantea al Ayuntamiento no es una idea aislada, sino que va en la misma línea que han planteado el resto de los expertos, empezando por el catedrático Julián Sobrino, quien dirigió las Jornadas «Luces sobre la Memoria» que la Delegación de Defensa organizó antes de dejar el edificio con la intención de impulsar su aprovechamiento. Sobrino aseguró, en la última visita que hizo al edificio justo antes de las elecciones junto al que hoy es portavoz del Grupo Socialista y entonces era candidato, que el edificio no presenta daños estructurales y se mostró partidario de la puesta en uso en de la Real Fábrica de forma progresiva. Mora Piris y Sobrino consideran que esta opción no es sólo recomendable desde el punto de vista económica, sino que es totalmente factible por el diseño del complejo, que se articula en salas y patios independientes a los que se accede desde una calle central interior que divide en dos la Real Fábrica.
El catedrático José Morales Sánchez , habla de esta estructura en la ponencia que pronunció en las citadas jornadas, en las que se refiere a las ampliaciones de la Real Fábrica de Artillería proyectadas por Jean Maritz entre 1778 y 1796 , cuando dice que «la decisión más relevante de esta etapa de obras, es la inclusión de una calle interior al conjunto, que le dotó de la singularidad arquitectónica a nivel urbano que hoy puede disfrutarse. Esta calle interior, a la que se van asomando los diferentes cuerpos del conjunto, estructura la planta general».
Una vez aclarada la facilidad que la estructura del edificio ofrece para el acceso sólo a determinados espacios sin que se vieran afectados el resto de ellos, Morales considera que «las características en general de la planta de Fundición de artillería permitirían una segregación reversible. Como consecuencia, se podrían asumir disponibilidades intermitentes, usos discontinuos».
Y ésta es la idea de Pedro Mora Piris, quien propone la puesta en uso concretamente de las dos primeras salas del ala oeste del complejo, que recomienda como sala de exposiciones y biblioteca, aunque también serían adecuadas para el uso de congresos, tanto por su urbanización con patios de accesos y pequeñas habitaciones agregadas, como por la riqueza arquitectónica de los espacios.
En concreto una de ellas cuenta con una cubierta de madera y acero «única en Europa» , según Julián Sobrino.
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