La crisis hace caer uno de cada cuatro comercios
Ni tradición ni vanguardia
Los negocios echan el cierre en calles con tanta tradición como Feria mientras la Encarnación no despega aún

La calle Feria es una de esas vías de Sevilla por las que da gusto pasear; andar por ella es empaparse en buena medida de la idiosincrasia de esta ciudad y en buena parte se debe a su actividad comercial. En torno a su histórico mercado la vida bulle y marca el ritmo de unos tiempos tan difíciles que no todos los comercios pueden seguir. Una decena de los establecimientos comerciales de esta calle tienen cerradas sus puertas , algunos tradicionales, como «La fábrica del mueble» o «El Kilo» que permanece en la zona pero cerró hace meses una de sus tiendas, otros de reciente incorporación —un «chino», el del cruce con la calle Cruz Verde ha cerrado, y el del bazar Montesión cuelga carteles de «se vende»—, han echado el cierre. En el entorno de Santa Marina el número de locales cerrados crece. La situación no varía ni cuando esa vía desemboca en Regina y, a través de ella, en la plaza de la Encarnación.
El complejo Metropol Parasol, el símbolo de la vanguardia que iba a ser todo un revulsivo para la zona, no termina de despegar ni ha supuesto, de momento, un cambio sustancial en su entorno más próximo. La esquina de Regina con José Gestoso muestra un abandono casi dramático y en el lateral que conduce hacia Orfila hay un local en alquiler y en el que va hacia Imagen el espacio que ocupaba el antiguo mercado permanece tapiado y la actividad es reducida. De hecho, en la zona sólo bulle el mercado de abastos , nuevo y reluciente en sus nuevas instalacones; en el resto del espacio comercial de las «setas» hasta ahora sólo hay tres establecimientos abiertos —una zapatería, una yogurtería y un bar de tapas—, mientras las obras anuncian la próxima apertura de una cervecería.
En el otro lado de la plaza, en la calle Puente y Pellón, los comercios tradicionales resisten el envite de crisis , del cambio generacional y las nuevas firmas que, poco a poco, se van instalando en la zona, como resalta el presidente de Alcentro, Enrique Arias; pero el abandono del edificio de los antiguos Almacenes Vilima es todo un símbolo. Poco más allá, en la calle Francos, también el edificio de Peyré sigue sin actividad a pesar de las oportunidades que presenta. Para Arias la solución para darle actividad a esos emblemáticos y tradicionales espacios comerciales de la ciudad pasa porque la administración no les ponga trabas a los emprendedores y recuerda el caso de aquel promotor que planteó un proyecto hostelero para Vilima que se frustró porque no les daban facilidades de acceso a sus plazas de aparcamiento.
Precisamente la conexión Encarnación-Puente y Pellón- Plaza del Pan y Francos, es uno de los ejes que el sector quiere potenciar . El vicepresidente de Aprocom, Tomás González, señalaba que la idea es poner en marcha una ruta histórico-comercial en la que aprovechar los grandes hitos que hay en su recorrido. Es más, González apuesta porque Francos sufra una transformación, orientando su actividad comercial hacia un turismo de calidad convirtiendo por ejemplo el edificio de Peyré en un espacio similar a los mercadillos que han transformado algunos inmuebles comerciales de Madrid.
También la calle Sierpes , símbolo de la ciudad, se ha convertido en un ejemplo de lo sucedido en materia comercial en el centro . En los últimos años el número de empresas locales, tradicionales, ha disminuido sensiblemente, en ocasiones porque el cambio generacional ha hecho que se abandone una tienda, en otras porque el devenir de los tiempos ha obligado a su cierre.
Mientras, Tetuán sigue siendo la joya de la corona del comercio sevillano. Allí se cuentan casi con los dedos de una mano los establecimientos tradicionales que han resistido el empuje de las grandes firmas comerciales, pero los que están al menos se ven beneficiados por la cantidad de público que atraen esas firmas.
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