Francisco Ruiz Miguel, Matador de toros
«Mientras tenga fuerzas, quiero torear al menos una corrida al año»
El sábado volverá a enfundarse el vestido de luces en Sanlúcar de Barrameda. Ruiz Miguel, 42 años de matador y 62 en el almanaque, sigue al pie del cañón
Tomó la alternativa en Barcelona, en 1969, y desde entonces tiene en su hoja de servicios taurinos uno de los currículos más impresionantes: fue el último matador de toros en cortar un rabo en la Maestranza; es el segundo que más veces ha hecho el paseíllo en Pamplona —donde es un ídolo— y, por citar sólo tres ejemplos más, ha matado 100 corridas de Miura, 86 de Victorino Martín y ha salido 10 veces por la puerta grande de Las Ventas, tan sólo superado por El Viti, Paco Camino y Antonio Bienvenida. Un maestro, una figura del toreo que, el próximo sábado, volverá a enfundarse el vestido de torear en Sanlúcar de Barrameda. Corrida de toros especial y que servirá para que muchos chavales que no lo han conocido en plenitud puedan paladear el toreo de este gaditano de San Fernando que continúa mostrando su sabiduría en los ruedos.
—Maestro, ya está usted, como suele decirse, en capilla...
—Así es. Pero con muchísima ilusión por este compromiso y con una responsabilidad tremenda.
—Sus palabras denotan que quiere que llegue el sábado cuanto antes.
—Es que tengo muchas ganas por este festejo. Estoy fuerte, «enfibrado» y no he dejado de torear festivales ni de prepararme en el campo.
—Pero una corrida de toros es otra cosa.
—Me gusta torear corridas de toros, aunque sea una al año. Soy consciente de la responsabilidad que ello conlleva, pero mientras me encuentre con fuerzas, lo seguiré haciendo. En San Fernando, con motivo de mi 40 aniversario de alternativa, lo hice con Enrique Ponce y Padilla. Y en Villaluenga del Rosario con Ortega Cano y Espartaco. Y en esta corrida iba a torear con Jesulín de Ubrique. Pero, lo que son las cosas, al día siguiente torearé un festival mano a mano con él en Cortes de la Frontera.
—Sanlúcar de Barrameda es una plaza donde usted ha toreado mucho.
—Tengo muy buenos recuerdos de novillero y de matador de toros. Carmelo y Antonio Caba (los empresarios) me llamaron y no lo dudé. Y encima compartiendo cartel con Finito de Córdoba y Juan José Padilla. Son unos fieras y están en plena campaña.
—Y además se enfrenta, por vez primera, a la ganadería de Fuente Ymbro.
—Es un hierro con el que no me he anunciado todavía. He toreado corridas de Juan Pedro Domecq y de Jandilla, pero Ricardo Gallardo ha hecho prácticamente un encaste propio. Hombre, no va a salir el toro de Pamplona o de Bilbao, es una corrida para Sanlúcar de Barrameda pero con su presencia. Un toro es un toro...
—Va a ser una oportunidad, también, para que las nuevas generaciones puedan verlo torear.
—Es verdad que los nuevos chavales aficionados no me han visto. Saben de mi trayectoria pero es un acicate más para intentar estar lo mejor posible y triunfar. El otro día, un niño de 12 años escribió una carta en la que decía que estaba muy ilusionado por verme torear, ya que no había tenido oportunidad. Eso es lo que me motiva y espero no defraudarlo.
—¿Qué espera de esta corrida?
—Que los toros embistan y que los tres toreros, cada uno en su estilo, podamos ofrecer lo mejor al público. Hay mucha responsabilidad por parte de todos. Además, es un festejo televisado (lo retransmitirá Canal Sur) y por ello espero que todo salga bien y la gente disfrute.
—¿Vestido nuevo?
—Sí señor.
—¿Color?
—Lo dejamos para el sábado, cuando aparezca por la puerta de cuadrillas...
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